Un desastre, ha sido terrible. Hemos perdido a los compañeros
@katylinaful y
@nik95 a manos de las amazonas. Esperemos que Hipólita tenga clemencia, al menos antes de que se entere de que hemos robado su preciado cinturón de oro.
Pero no han sido las trampas de ellas las que nos han delatado, había alguien más allí. Varios guerreros encapuchados estaban en los túneles y los vimos varios de nosotros. Con el revuelo y los pasadizos estrechos uno de ellos perdió una greba de color dorado pero lo tomamos para examinarlo después.
El cinturón estaba guardado en una especie de cofre deslustrado y descuidado, intentando no aparentar el tesoro que se hallaba en su interior. Al abrirlo, un destello dorado nos ilumina el rostro y entre las figuras talladas destaca una batalla entre amazonas y centauros. Sin embargo, la vista se nos va a tres hermosas piedras que porta una Erinia cuyo fulgor resaltaba la belleza del artilugio.
Aparentemente no tenía mucha utilidad para un mortal nada más que como protección pero para una hija del Dios de la Guerra desataría todo su poder.
¿Cómo será el funcionamiento de las piedras? ¿Dirá algo el libro de la biblioteca de Aspasia?
Lo que teníamos claro es que o resolvíamos lo que sucedía con los seres divinos y obteníamos el favor de los dioses o estaríamos en un buen lío con las amazonas. Pero ya estábamos en un buen lío en general.
Además, no teníamos pensado quedarnos con el cinturón, ¿verdad?