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    El Equipo de Grepolis

Concurso Relato de San Valentín - Publica tu relato

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awmg

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Equipo de Grepolis
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Atentamente,
el Equipo de Grepolis
 

DeletedUser35969

A tan solo minutos de un ataque despiadado y perdiendo toda esperanza de triunfo sobre una conquista dibujada en el horizonte, apareció mi querida heroína Eurybia con sus 1500 Tirremes , que no solo hundio el colono invasor sino junto con lo que tenia de biiremes y naves incendiaria, pude hundir uno a uno los barcos, y ella tan feroz y valiente en la defensa me dio animo de luchar y no caer en la desesperanza de la autoderrota y fu alli cuando le delcare mi amor eterno, te amo bella Eurybia y a la victoria siempre!!!
 

DeletedUser36370

Empiezo escribiendo esto que sale de lo mas profundo de mi corazón, hoy me siento bajo la luz de la luna quiero redactar el amor que siento hacia esa persona. Lucharía hoy, mañana y siempre por vos aveces mi mente recuerda todos los momentos lindos que tuvimos y pienso en aquel momento en el te apoderaste de mi corazón cuando te vi pasar por primera vez sentí una presión en mi pecho mi cuerpo quedo completamente paralizado era una mujer hermosa mis ojos se llenaron de amor lo que vos generas en mi entorno es una sensación de paz y victoria, tendrías que ser una maravilla del mundo porque en ese momento pensé que eras inalcanzable y ahora declarando lo tan enamorado que me tenes eres ni Afrodita puede superarte; quiero que estés en mi vida hasta la muerte y quiero finalizar este relato de esta manera FELIZ DÍA DE SAN VALENTIN A la persona que mas quiero en este mundo
1148959.jpg
 
Última edición por un moderador:

DeletedUser36374

A lo largo de los Milenios y las Eras, las Grandes Civilizaciones Humanas crearon Cultura, Mitología y Leyendas...

Muchas de estas mitologías y leyendas tenían como protagonista a sus propios Dioses, y como telón de fondo sentimientos o deseos contrapuestos, como el Bien y el Mal, la Paz y la Guerra, el Amor y el Odio.

-Los Sumerios con sus 7 deidades principales: An, Enlil, Enki, Inanna, Utu, Ninhursag, Nanna

-Los Egipcios con su panteón de 7: Amon, Ra, Thot, Mut, Isis, Osiris, Horpsuus

Y también en Grepolis, que con nuestras 6 divinidades: Zeus, Poseidón, Hera, Atenea, Hades y Artemisa, emprendemos nuestra aventura forjando alianzas, amistades y enemistades, tiempos de paz y de guerra, e incluso de odios y amores para los más osados...

¡¡Que vuestra Civilización os lleve siempre a buen puerto y que vuestra experiencia en Grepolis os de sabiduría!!
 

DeletedUser36372

EL RELATO DE SANT VALENTIN

YO ESCRIVO ESTE RELATO
PARA LA DIOSA QUE MAS AMO

ESA DIOSA QUE ME LLENA ..
LOS ALMACENES DE MADERA,

¿ PORQUE NO ME LLENAS DE PLATA ?
ESAS MINAS NO SON BARATAS !!


LAS ALDEAS NO ME INTERCANVIAN
SOLO QUIEREN VINO EN LA PANZA..

LA SIRENA YA SE FUE, MI AMADA..
LOS RECURSOS DEJARON DE CAER..

Y CADA VEINTICUATRO HORAS
EL HECHIZO DE ENRIQUECER-SE

SE VEÍAN VENIR UNOS COLONOS POR AHI !!
ELLOS NO VIENEN A HABLAR ELLOS VIENEN A MORIR

SUS ALMAS ESTAN DESTINADAS
SE LES NOTA EN LA MIRADA

ELLOS SON PERROS CON TRES CABEZAS
SON DE HADES Y VIENEN DE LAS TINIEBLAS !

FORTALECE TU CATILLO Y SACA A TU POBLACION
QUE ESTA NOCHE LLEGA HADES EL REY DE LA DESTRUCCION !

NO ME TIENTES DIOS INMORTAL
YO SOI HUMANO CON FUERZA DE VOLUNTA

TENGO A MIS ALIADOS
QUE LA VIDA POR MI DAN

Y SI CON ESO NO PODRAN
TODA FUERZA ELLOS PONDRAN

Y ASTA EL ULTIMO MINUTO
CUANDO NO PODIAMOS MAS

UNA FUERZA SOBRE HUMANA
Y UN BRILLO ESPECTACULAR

LLEGARON MINOTAUROS
Y MANTICORAS A AYUDAR

Y ENTONCES EL PEQUEÑO PRINCIPE
SE DURMIO

Y LA HISTORIA QUE SU PADRE EL REY LE CONTO
LE HIZO DORMIR Y SOÑAR MUCHO MEJOR

ASIN ACABA ESTA BALADA
DE ESTE CUENTO QUE NO ACABA .







ATM: ARHTAS (es
 

JavaLeoAnd

Infante
Skalios dejo el casco, el escudo y la lanza apoyados en el árbol bajo cuya sombra se refugió del abrasador sol del verano.
El resto de la guardia de hoplitas de la cuidad de Corinto también se metió bajo los arboles del jardín para tratar de refrescarse y descansar tras la larga guardia bajo la ira del Dios Apolo.
Skalios no quiso sentarse junto al resto de sus compañeros. Tenía otras cosas en la cabeza, desde que cuatros días atrás hizo la guardia por la noche y vió a la princesa Aethea. Era como la Diosa Afrodita, hermosa, sensual y lejana, muy lejana e imposible para él a pesar de tenerla a tan solo unos metros. Ella, era la hija del rey y él, un simple hijo de cantero que estaba haciendo el servicio en el ejército, pero que al finalizar el verano tendría que volver a la cantera para seguir trabajando con su padre.
- ¡Skalios! arriba el ánimo hombre que llevas unos días que no levantas cabeza. ¿Puedes decirme, por Zeus, que te pasa? - su amigo Theopoulos se acercó a donde él estaba.
- Dejame en paz Theopoulos. Déjame tranquilo con mis pensamientos.
- Por Apolo, si que estas mal. ¿Es por la princesa, verdad? Olvidala Skalios, será lo mejor. Lo único que conseguirás si sigues así es tener problemas con el rey. Con su hija solo tienes posibilidades si eres Rey, Principe o como poco general del ejército y tú... sólo eres un pobre cantero.
- Si, pero es tan hermosa...
- ¡Atención! ¡Todos a sus puestos! - gritó el capitán de la guardia.
Rápidamente, todos los miembros de la guardia se pusieron en pie cogiendo sus enseres y se pusieron firmes en sus sitios. Al instante apareció bajo el pórtico de entrada al jardín varias mujeres, entre ellas, la reina Kithara y su hija la princesa Aethea.
Skalios cuando la vió, no pudo evitar un temblor de puros nervios y su armadura entrechocó con el escudo. El pequeño tintineo hizo que la princesa girara la cabeza en su dirección y le mirara.
Skalios la devolvió la mirada aunque sabía que no debía hacerlo. ¡Uno no mira a los ojos a ningún miembro de la familia real! Pero una vez que cruzaron la mirada, él no pudo evitar perderse en aquellos profundos ojos que le devolvían fíjamente la mirada.
Mientras se miraban la princesa y la reina seguían avanzando por el jardín junto con sus damas de compañia y en determinado momento, la princesa, giró la cabeza para contestar a una pregunta de su madre y Skalios pudo relajarse un momento, pero... cuando la princesa pasó junto a Skalios, volvió a mirarle. Él se puso aún más firme tratando de parecer una estatua pero pudo ver que al pasar, ella siguió mirándole y le sonrió... ¿porqué le sonreía? ¿tal vez como burla?¿tal vez con condescendencia?... o ¿tal vez como una posible invitación?
 

DeletedUser28521

En esta historia no se narrarán batallas épicas entre los dioses del mundo griego ni hazañas que llevaban a cabo los valientes guerreros griegos. En su lugar, relataré la enredada historia de amor entre dos criaturas mitológicas.

Todo comienza cuando Dion, un apuesto centauro en plena juventud, se entraña en el ejército de su ciudad para protegerla de los invasores. Luchando codo con codo junto a su diosa Atenea, Dion comienza a destacar entre los centauros debido a su agilidad y su nobleza a la hora de acabar con sus oponentes. No pasaba un día sin que decenas de personas y criaturas le buscasen por la ciudad para conocerlo.

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Una buena tarde, tras una agotadora batalla en su ciudad, Dion se dispone a regresar a su casa cuando se topa en el camino con un grupo de fanáticos de Zeus que parecían estar al tanto de su gloriosa reputación. Comienzan a charlar amistosamente y él les habla sobre su diosa, Atenea, y lo protectora que es. Lo que no sabía el pobre Dion era que estos individuos se sentirían atacados en el momento en el que Dion afirmó que Atenea era sin duda la mejor diosa.

-¿Cómo que Atenea es la mejor diosa que existe? Chaval, no nos tomes por tontos que venimos de un pueblo en el que alabamos al más grande de todos los dioses, Zeus. Más te vale que no sigas con esa actitud chulesca que tenéis los jóvenes de hoy en día o te traerá problemas con nosotros.
-¿Osáis amenazarme aquí, en mi ciudad, en la que soy el centauro más respetado de todos? Solo bastan unas palabras de Atenea para que todos los súbditos de Zeus vengan corriendo a buscar su protección. – Dice Dion, claramente mosqueado.
-Tú te lo has buscado ignorante, nosotros ya te hemos avisado. Venga vámonos de aquí, el toro este no vale la pena. – Hablando con sus compañeros de grupo y Refiriéndose a Dion como toro despectivamente.

Dion está ya camino de su casa cuando vuelve a encontrarse con el mismo grupo de fanáticos de antes, esta vez armados y previstos de cuerdas. Antes de tener siquiera tiempo para reaccionar, Dion se encuentra en el suelo atado de patas y manos. Comienza a sentirse muy cansado y no pasan ni dos minutos hasta que se queda totalmente fuera de sí.

Cuando Dion despierta, se da cuenta de que le están llevando a algún lado al oír la madera de las ruedas del carro chocar con los baches que se presentan en el camino. Tras lo que parecía el viaje más largo hasta la fecha para Dion, el carro se detiene y los fanáticos se llevan a nuestro joven centauro a una celda que decían ser provisional. Paredes negras, altas y sin ningún tipo marca. Dion tiene la certeza de que se encuentra en una celda de la ciudad de Benel, pero se pregunta ¿por qué aquí? Es decir, Benel es una ciudad cuyos habitantes alaban a Hera, no a Zeus. Pero todos estos pensamientos se ven entrometidos cuando uno de los fanáticos aparece por el pasillo de las celdas y se dirige al único prisionero que había en ese momento:

-¿Cómo has amanecido, traidor?
-Traidor dice… será prepotente. – piensa Dion - ¿Qué hago encerrado aquí?
-¿Todavía no te has enterado? En una semana es San Valentín y la queridísima esposa de nuestro gran Zeus aún no ha pensado que regalarle.
-¿Esposa de Zeus? ¿Ni siquiera una diosa es lo sufrientemente importante como para ser nombrada sin requerir a Zeus? – vuelve a pensar Dion para sus adentros - Sigo sin entender que hago yo aquí. Esto tiene que ser un error, yo soy fiel a Atenea y no he tenido nada que ver con Zeus ni con Hera en toda mi vida como centauro.
-Sí, bueno… con un poco de suerte conocerás a alguno de ellos pronto. ¡Igual incluso a ambos! Después de que Hera se entere de que hemos capturado al centauro del que tanto se habla en Benel, se pondrá como loca para ofrecérselo a Zeus como regalo de San Valentín. Y tú, chico, deberías sentirte afortunado de ser el elegido como regalo para un dios.

Tras esta corta conversación, pasan días enteros sin ningún tipo de contacto hasta que finalmente recibe la noticia de que Hera ha decidido prescindir de cualquier ser vivo como regalo, dejando así a Dion inutilizado en aquella celda. Los fanáticos discuten y tras llegar a una decisión lejos de unánime, le entregan a Dion a Medusa en forma de prisionero y con la promesa de que le servirá como guardaespaldas llegado el momento. Pero Medusa no piensa igual, ella se ha defendido bien sola toda su vida y está segura de que no necesita ninguna ayuda. Aun así, le pica la curiosidad por conocer al guerrero centauro del que todo el mundo habla. Medusa decide bajar a su celda y conocer por fin a Dion. Por supuesto, ella no gira la esquina debido a su condición de que petrifica a cualquiera que le mire a los ojos. Habla entonces desde el pasillo.

-¿Reconoces mi voz centauro?
-¡Hola! Que alegría oírte, no tengo ni idea de quién eres, pero unos fanáticos me han secuestrado y me han dicho que me entregarían a Zeus como regalo de San Valentín. ¿Tú puedes sacarme de aquí?
-Medusa se ríe desganadamente – Me temo que no, y aunque lo hiciese no llegarías muy lejos.
-No me subestimes, soy el guerrero más…
-¡Ingenuo! Le interrumpe Medusa – Soy Medusa, la mano derecha de Hera. Basta con que me mires por un segundo para que todo tu ser quede petrificado eternamente. Hasta la fecha, nadie se ha resistido a mirarme a la cara y todo gracias a los rumores que hay sobre mi belleza sobrenatural. Tú no vas a ser la excepción.
-No me creo tus mentiras. Medusa dice ser amenazante y humilde, pero todo lo que he oído ha sido prepotencia y egocentrismo hasta ahora. Sal aquí y demuéstrame que eres Medusa realmente. Puedo contenerme y mirar tan solo a tus pies. Reconoceré por el sonido de las serpientes de tu cabello si eres ella o no.
-Está bien, pero yo te he avisado. Es una lástima perder otro valiente guerrero por su deseo de apreciar mi belleza

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Entonces Medusa avanza por el pasillo, dobla la esquina y se postra ante Dion, en toda su majestuosidad. Dion opta por taparse los ojos y abrirlos poco a poco mirando al suelo. Avanza lentamente con la mirada y descubre los pies de Medusa. Consigue oír también a sus serpientes, amenazantes.

-¿Así que has decidido que quieres ser la excepción? Me gusta tu ambición, al fin y al cabo, las mujeres de tu pueblo desean a los centauros por algo, ¿no?
-No sé que decir… ¿Puedo irme entonces?
-No, no. Ve haciéndote a la idea de que vas a estar en esta casa para siempre, ya sea vivo o en forma de estatua.
-¿Qué te parece si hacemos un trato, me dejas salir de la celda y pasear por la casa una hora al día? Quizás hasta pueda enseñarte técnicas de lucha.
-¿Técnicas de lucha? De verdad que eres adorable, pero no las necesito. ¿Cuál es tu nombre por cierto? Eso es, Dion… ahora me acuerdo de que me lo dijeron los fanáticos que tengo decorando mi sala de estar. Mira Dion, me has caído bien así que me pensaré si dejarte salir mañana. Pero no te hagas muchas ilusiones.
-Perfecto.

Al día siguiente, Dion despierta y ve que su celda esta abierta. Sale corriendo como una exhalación, pero se encuentra a Medusa en el pasillo vuelta de espaldas.

-Buenos días, Dion, ¿has dormido bien?
-No he parado de pensar en lo que me dijiste. Veo que al final has decidido dejarme salir un rato. Prometo comportarme.
-Más te vale, no dejo a cualquiera andar por mi casa como si fuese la suya. ¿Qué coméis los centauros? ¿Césped?
-Dion no puede evitarlo y se echa a reír – Podríamos, pero nos alimentamos como cualquier persona normal. Un poco de pan e hidromiel me bastan.
-Que así sea. Dime Dion, ¿cómo es que no sientes el deseo de mirarme a los ojos?
-Bueno, en realidad sí que siento curiosidad por ver tu rostro, pero es suficiente con conocerte y hablar contigo. Además, no tengo a nadie más por aquí con quien hablar.
-Nadie me conoce. Todos los que se acercan a mi acaban petrificados en algún momento. Por favor, dime que no vas a ser tan estúpido de cometer el mismo error.
-No lo seré. Asumo por tus afirmaciones que no estás casada, ¿lo has estado alguna vez?
-¿A qué se debe tanto interés por mi vida amorosa? Bueno, olvidarás todo esto cuando te petrifiques así que allá va. Estuve casada hace mucho tiempo con una erinia, pero la cosa no acabó bien. Ella vengaba a los muertos y yo me dedicaba a matar humanos por aquel entonces. Como puedes deducir, yo le producía demasiado trabajo y acabó abandonándome en esta casa.
-Lo siento. Pero ¿cómo es que ella no se petrificó?
-Medusa entonces se quedó en silencio - Creo que ya es suficiente por hoy. Vuelve a tu celda.

Pasadas ya unas semanas de su cautiverio, Dion y Medusa empezaron a llevarse muy bien y ambos esperaban con ansia el momento del día en el que Dion salía y compartían sus vidas. Comenzaron a cogerse cariño y al cabo del tiempo Dion ya pasaba la mayor parte del día suelto en la casa.

Un día, mientras Dion estaba en el baño y Medusa desayunando, entraron a la casa hordas de mercenarios entrenados para no mirar a Medusa a los ojos y con órdenes de matarla. Ella se defendía bien, pero a pesar de ello, cuando apenas quedaban menos de diez mercenarios, consiguieron retenerla y se disponían a matarla cuando apareció Dion. Él había escuchado ruidos y salió mirando al suelo a la sala cuando vio unos pies atados y reconoció al instante que eran los de Medusa. Aquellos a los que había tenido que mirar día tras día. Miró entonces a su alrededor y vio a los cinco mercenarios alrededor de Medusa y rodeador por incontables estatuas de piedra.

Dion se prepara para la batalla, agarra un cuchillo que había en la mesa y una bandeja que le sirve de escudo y se dispone a luchar. El primer mercenario arremete contra el joven centauro y su espada rebota contra la bandeja. Dion aprovecha el fallo y le asesta un corte mortal en el cuello a su oponente. Los cuatro mercenarios restantes no se acobardan. Al fin y al cabo, acaban de reducir a Medusa. Con el cuchillo manchado de sangre, Dion lo lanza contra el casco de uno de los mercenarios con la mala suerte de que se introduce por la ranura de los ojos y lo mata.

Ya solo quedan tres, piensa Dion. Dos de los mercenarios rodean a Dion y comienzan a darle espadazos. Él se defiende a duras penas con su bandeja mientras mira de reojo por la cocina para buscar otro utensilio que utilizar como arma. Entonces divisa el tenedor que imita al tridente de Poseidón y lo agarra con un ágil movimiento. Clava las tres puntas en la pechera de un primer mercenario y con el mango arremete contra el segundo, que pierde el equilibrio y cae al suelo. Remata entonces al segundo mercenario y levanta la cabeza buscando al último superviviente. Horrorizado, ve que el último mercenario está encima de Medusa propagándole una serie de puñetazos en la cara al grito de ¡Qué guapa vas a quedar! Distraído con su labor, el mercenario descuida su espalda y Dion lo aprovecha para agarrarle por el cuello y liquidarlo. Entonces corre a por su amiga, Medusa, para ver en qué estado se encuentra tras la paliza.

Ella tiene heridas por todo su cuerpo, pero Dion mira preocupado su nariz, que está sangrando continuadamente. Comienza a decirle a Medusa que no se preocupe, que ya está todo controlado y que no se va a morir. Dion ve como Medusa empieza a recuperarse tras unos minutos de agonía y sin previo aviso, ella abre los ojos cuando tiene a Dion encima curándole la nariz.

-¡Noooooo! – grita Medusa, mientras Dion le mira a los ojos.

Dion comienza a llorar sabiendo que en cualquier segundo va a convertirse en piedra y dejar el mundo que conoce. Medusa se cubre la cara y le grita a Dion que no le mire, pero ya es demasiado tarde, ambos saben que se han mirado a los ojos. Sin embargo, la transformación en piedra tarda más de lo habitual. Medusa piensa que se trata de la fuerza de Dion que está retrasando su trágico destino unos segundos más.

Tras unos segundos en silencio que parecen eternos, Dion para de llorar y abre los ojos de nuevo. No está convertido en piedra y la confusión es visible en su rostro.

-¿Qué pasa? ¿Por qué no me convierto en piedra? – pregunta Dion alterado.
Medusa rompe a llorar también y contesta entre sollozos - ¿Recuerdas aquella vez hace meses que me preguntaste por la erenia que no se convirtió en piedra? Con ella descubrí que el amor mutuo de una medusa con alguien anulaba los efectos de la petrificación. ¿Sabes lo que eso significa Dion?
-Significa que creo que tenías razón cuando decías que nunca saldría de esta casa. Es más, no tengo intención alguna de irme.
-Dion…
-No hace falta que digas nada Medusa, me lo has demostrado tú también. Estaremos juntos a partir de ahora y no habrá nadie que se pueda interponer en nuestro camino.
-Llevaba mucho tiempo imaginando este momento, pero nunca pensé que fuese a llegar. Me has salvado la vida Dion, y aunque siento haberte tenido preso todo este tiempo, doy gracias a todos los dioses de haberte conocido.

Tiempo después, Hera consagró el primer matrimonio entre una medusa y un centauro y les deseó la mayor felicidad para el resto de sus vidas. La feliz pareja dio gracias a San Valentín por haber cruzado sus vidas indirectamente y a partir de ese año celebraron ese día como si de su boda se tratase.
 
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DeletedUser5925

Esta breve historia comienza en una ciudad situada frente al mar, al noroccidente de Turquía, en el año 2015. Nuestro protagonista se llama Tito, un joven de 16 años con dos grandes pasiones: una atracción descomunal por el océano y la más reciente, jugar Grepolis por horas y horas, todos los días. Tito a pesar de sus dos pasiones, se las arreglaba para no descuidar sus estudios, gracias a que era muy inteligente y con un muy alto nivel competitivo. Desde el primer mundo de Grepolis donde entró, Tito se caracterizó por ser un gran jugador especializado en ataque naval, convirtiéndose en la pesadilla de sus rivales y un jugador muy celebrado por sus compañeros. Al transcurrir el tiempo, Tito entró a la universidad a estudiar la Carrera de Oceanografía, y se inscribió en el equipo de Waterpolo de su Alma Mater. Allí evidentemente también se destacó como un gran competidor. Todo iba muy bien hasta que llegó la fecha de su cumpleaños número 18, casualmente el día 14 de febrero, es decir el Día de San Valentín. Ese día Tito tuvo un sueño verdaderamente extraño, en el cual nadaba con una sirena en pleno océano. Despertó muy nervioso, pensando que el sueño se había producido por haberse acordado el día anterior que en su adorado juego de Grepolis ya venían los “Besos de Tesalónica”, juego que comenzó en el 2015, donde una linda sirena nos regala sus besos (además de muchos recursos). Pero a medida que transcurrían las horas, aumentaba su nerviosismo y a la vez sentía una gran ansiedad. Por más que Tito trató de drenar sus nervios haciendo todas sus múltiples actividades habituales, fue inútil. Lo peor es que estaba creciendo más y más esa rara sensación, que lo empujaba a acercarse a la orilla del mar. Por más que lo intentó no se pudo resistir y ya entrada la noche tuvo que rendirse ante ese sentimiento instintivo. Salió y se dirigió a las azules y profundas aguas de su siempre adorado océano, donde se sumergió. Y allí pasó lo más increíble que se pudiese imaginar, apareció una bellísima sirena nadando a su lado, que le explicó que al cumplir los 18 años, él volvía a ser la más asombrosa de las criaturas marinas, su gran amor y quien sería el padre de las nuevas sirenas. Así se alejaron nadando y hundiéndose en las profundidades del mar, la hermosa sirena y Tito el tritón…
 

Wolf17

Infante
Todo empezó, en Grecia como no, un hombre estaba enamorado de una doncella, el intentó todas las formas de enamorarla pero ella simplemente no le prestaba atención, hasta que un día al hombre se le ocurrió un gran manera de enamorarla a ella, contrató a una mantícora para impresionarla y que viera que tenía dinero, pero ella seguía igual, el hombre decidió mostrarle la fuerza que tenía luchando contra 10 hoplitas, pero a ella eso le da igual, el hombre desesperado decidió hacer un plan para conquistarla, decidió hacer un festival de la ciudad, ya que sabría que iría porque todo el mundo va ese gran evento, cuando la vio decidió ofrecerle a irse un poco lejos de todo el jaleo, allí le confeso que la amaba y que estaba intentando hacer todo lo posible para que ella se enamorara de él, ella dijo que lo sabía pero que debido al gran nivel social que tenía el hombre decidía no enamorarse ya que si se emparejaban el bajaría su nivel social, al darse cuenta él lo que ella decía la besó y ella se sorprendió.





Al mes siguiente ambos se casaron y el hombre hizo una marcha triunfal en honor de su pareja para que vieran que ella aunque no tuviera un gran nivel social, ella tenía un gran corazón.
 

Iriél

Arquero
El dilema de Zeus

—Hades, tengo un problema.

—Zeus, tú siempre tienes problemas. ¿En qué lío te has metido ahora?

—No, esta vez no me he metido en ningún lío, es que se acerca San Valentín y tengo que hacerle algún regalo a Hera, pero es que nunca sé cómo acertar con esta diosa. Y como no le haga un regalo espectacular, va a estar de morros una buena temporada. El año pasado el inútil de Cupido no me lo recordó y no veas cómo se puso, todavía no me he librado de toda la nostalgia que decidió enviarme como respuesta a mi olvido.

—Bueno, quizá podrías empezar por no liarte con cualquiera del género femenino que se cruza en tu camino, que, estando casado con una diosa, ya me dirás qué necesidad tienes de andar enredándote con mortales todo el día. Igual ese sería el mejor regalo.

—Lo sé, lo sé, creo que todavía anda enfurruñada por el asunto de Europa. No sé cómo pudo reconocerme, mira que el disfraz de toro era estupendo.

—A ver, hermano, pero ¿cómo no te iba a reconocer? ¿Cuánto toros mortales secuestrarían a una chica? Vas a tener que prepararle algo espectacular para que se le pase.

—Ese es mi problema. Dime, hermano, tú y ella sois muy parecidos de carácter, ¿qué crees que podría regalarle?

—Pues mira, a mí me haría mucha ilusión un buen puñado de cerberos para hacerle compañía al que vigila las puertas del infierno, que creo que está un poco aburrido, todo el día solo, y esparcir una buena peste por el mundo, para que el río de las almas fluya lleno de ellas. Últimamente la gente parece estar muy sana y no hay muchas guerras.

—Pero qué bruto eres, si le regalo unos cerberos los azuzaría contra mí a la primera, y ni hablar de regalarle arpías, con ella, cuando se enfada, ya tengo bastante. Las medusas me dan escalofríos, así que ni hablar. Y tampoco puedo proponerle matrimonio, porque ya estamos casados.

—A mí las medusas me ponen, cuando quieras me regalas unas.

—Cierto es que son mejores que tus erinias, ¿qué demonios le das de comer para que tengan siempre esa cara tan avinagrada?

—Mira, ayer se comieron unas mantícoras, ya lo siento, alguien se olvidó de sacarlas a pasear y ya ves qué cosas pasan. Oye, ¿por qué no hablas con Poseidón? Igual a él se le ocurre algo.

—Calla, calla, que me lo he encontrado cuando venía aquí y ni te imaginas qué me ha propuesto.

—Déjame adivinar, que le regales un terremoto para que se la trague la tierra y así no tienes que pensar en qué regalarle durante una temporada.

—¡Ostras! ¿Cómo lo has sabido!

—Poseidón es muy previsible, todo a lo que aspira es a que se hunda la tierra para así poder pasar él por encima con sus aguas, así que por ahí tenían que ir los tiros. Me parece que vas a tener que preguntarle a Atenea y Artemisa, ellas igual tienen mejores ideas que nosotros.

—Te confieso que fueron las primeras con las que hablé. Atenea me dijo que su sabiduría no servía para las lides del amor, ya sabes cómo es, siempre tan guerrera, que le parecía una majadería de celebración y que no le fuera con ñoñeces. Y Artemisa está también enfadada conmigo, como es amiga de Hera, no me ha perdonado que usara una de sus ilusiones para ir a por Europa, así que lo único que me dijo es que hiciera lo que quisiera, menos ofrecerle un banquete con jabalí asado. De verdad que es desesperante. No sé qué hacer.

—Sí que estás en un buen lío, tienes razón. ¿Y si la tratas como tratan los humanos a las humanas? Le regalas unas rosas, una cena romántica, sin jabalí asado, claro, una noche en un hotel en una isla paradisiaca, con bombones en la almohada y champán en la habitación.

—¡Vaya! Pues quizá no sea mala idea. ¡Gracias, hermano! ¡Te debo una!

Días después de San Valentín, Hades ha salido del inframundo para darse un paseo y tomar el aire fresco. Encuentra a Zeus en medio de un bosque, tratando de esconderse entre las ramas de un gran roble.

—Hermano, ¿qué haces ahí subido?

—Shhh, calla, que Hera me está buscando.

—¿Y eso? ¿Qué le has hecho ahora? ¿No le gustó su regalo de San Valentín?

—¿Qué si le gustó? ¡Ya lo creo que le gustó! ¡Ese es el problema! ¡Ahora se pasa el día persiguiéndome como cuando éramos novios y pidiéndome que le vuelva a llevar a la isla! Te juro que como tenga que comerme un solo bombón más, mientras le digo “cariñito mío”, reviento a rayos y no quedará piedra sobre piedra en la tierra.
 

jkr23

Infante
una vez un chico , llego como cada tarde a jugar grepolis , vio que le estaban atacando , trato de protegerse con todos los hechizos de atenea , y hera .
el chico desesperado le mando un mensaje a su atacante preguntándole que por que le atacaba , este usuario contesto :
te dejo en puño rojo y no te mando colono con una condición.
el chico dijo : ¿cual?
el usuario contesto : creemos una alianza en otro mundo y seamos los lideres , soy tu novia , también me descargue el juego y resulta que soy mejor que tu
asi que como regalo de san valentin , no te conquistare !, pero ya sabes!
 

DeletedUser32646

Grepolis, Relato de San Valentín. Por ehyzakitox, el 20 de febrero de 2020.


De acuerdo a la tradición oral de la Antigua Grecia, el 14 de febrero se esperaba siempre con ansias por los habitantes de las polis, ya que era un día en el que con algo de suerte, podrían encontrar enormes fortunas que los ayudarían a transformar su pequeño pueblo en una gran metrópolis. Esa fecha era de celebrar, pero no siempre había sido así.

Según los relatos de los habitantes mas viejos, hubo una época en donde los dioses del Olimpo peleaban entre ellos por conseguir el mayor favor posible de los templos de adoración, empleando a sus respectivas unidades míticas para enfrentar a los heroes defensores, causando batallas épicas como aquella en la que Perseo decapitó a la gorgona Medusa (una bella sacerdotisa de Atenea maldecida por tener un romance con Poseidón), o en la que Odiseo cegó al Cíclope Polifemo con una lanza.

Como los hombres se atrevían a deshonrar a las criaturas creadas por los dioses, estos últimos se enfadaban, lo que dejaba bastantes consecuencias negativas en la población en general. Ellos utilizaban sus poderes divinos, que eran capaces de hundir naves en el mar, resquebrajar las murallas protectoras e incluso lanzar ejércitos enteros por los aires o destruir edificios por completo. Pero lo mas dañino era cuando terribles pestes azotaban a la población disminuyendo la producción de recursos y poniendo a la economía de rodillas, que en época de construcción de maravillas era la diferencia entre los que se coronaban como amos del mundo conocido y los que no llegaban a inscribir sus nombres en el salón de la fama hasta la eternidad.

Algunas veces después de muchos rezos las diosas se apiadaban y protegían las ciudades para evitar mas daños, enviando carros con piedra a las puertas de la ciudad para acelerar la reconstrucción y provocándoles felicidad, para que los trabajadores se esforzaran mas, sin olvidar que también eran bendecidos con nuevos guerreros y obsequios durante los matrimonios que aseguraban la prosperidad y el crecimiento futuro de la población.

Cuando por fin los conflictos cesaron y la paz regreso, Zeus, el mas poderoso de los dioses convenció a sus hermanos para que les resarcieran algunos de los multiples daños causados durante su guerra divina. Así Hades regreso guerreros caídos a su ciudad natal, recompensados con monedas de plata provenientes del inframundo. Poseidón utilizó sus habilidades para acelerar el trabajo de los astilleros y traer regalos desde el mar, trayendo madera que se utilizaría para reconstruir botes de transporte, birremes, trirremes entre otros (hundidos en las tormentas causadas por él mismo), así como naves de colonización que ayudarían a expandir imperios. Pero adicionalmente, la marea trajo consigo algo totalmente inesperado: una Sirena de hermosura incomparable, que encantaba a las personas con su canto. Pero ella solo aparecía en los 14 de febrero en alguna ciudad aleatoria del reino. Aquel que la lograra atrapar recogería grandes riquezas, después de ser besado por ella, que se iba a quedar visitando la ciudad hasta que alguien la encontrara, momento en el que se retiraría a recoger más recompensas del fondo del mar para buscar a algún otro afortunado en otra costa.

Esta sirena, de nombre Tesalónica se convirtió entonces en un símbolo de esperanza, felicidad y amor, ya que aquel que recibía su beso se sentía bendecido y en un estado de euforia total que solo podia ser comparado con la catarsis provocada por un amor verdadero. Se decía que los besados quedaban para siempre prendados de ella. Y es por eso que desde esas épocas remotas, el 14 de febrero (el único día que la sirena aparecía) quedo establecido cómo el día del amor y de los enamorados.
 
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