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    El Equipo de Grepolis

Concurso Concurso de relatos cortos de Grepolis

Estado
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Con la llegada de Halowen queremos hacer un pequeño concurso de relatos de terror.

bases del concurso
1. El concurso tiene dos una categoría temática: TERROR y GREPOLIS (zombis, vampiros, monstruos, alienígenas, fantasmas, estos tienen que estar en la civilización griega, barcos caballeros ciudades dioses etc)
2. Los relatos deben ser inéditos y en castellano.
3. 250 o 300 palabras mínimo Máximo un post. 20000 caracteres
4 periodo de presentación del 31 de octubre al 5 de noviembre.
5. si no hay un mínimo de 6 participantes se cancela el concurso.

Tenéis que enviarlo a Aksha, itaka o geserit, podéis enviar hasta 4 mensajes con el relato cada mensaje es de 5000 caracteres.
Los relatos serán colgados en este post

Después de la fecha el dia 6 y 7 se procederá a una votación en la comunidad los ganadores de esta votación recibirán 20 puntos,
luego cada miembro del equipo otorgara 3 puntos a los relatos que mas le gusten.
se sumaran todos los puntos y saldrá el ganador.
en caso de empate los premios pueden variar.

Premios
1 puesto 1200 monedas
2 puesto 500 monedas
3 puesto 250 monedas
 
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12-trunks-12

LOS 5 ELEGIDOS


Hace mucho mucho tiempo, contaba la leyenda que existía un tal ejército de los muertos.
Vendrían el 21/12/500 para acabar con el mundo, y solo los 6 elegidos podrían derrotarlos.
Cada elegido sería escogido por un dios. Zeus escogió a un temible guerrero del ejército espartano. Poseidón escogió a un gran capitán. Hera escogió la persona más bondadosa del mundo. Atenea escogió al más solidario. Y por último pero claramente no menos importante Artemisa escogió a un cazador experimentado.

Estos 5 elegidos ni se conocían pero su destino era encontrarse.

EL DESTINO LES UNE

Atlaut, el guerrero acababa de terminar de combatir en el anfiteatro y fue a la taberna a echar un trago, bebió tanto tanto que se emborrachó.
Sparrow, el capitán de la Barca de Oro, también fue a lataberna, solo que fue con sus camaradas y les invitó a unas copas.
Druig, el bondadoso estaba en la fundación "Guerreros Solidarios", donde también estaba Mapola, la escogida por Atenea, haciendo la comida a los pobres.
Tarzán, escogido por Artemisa estaba en con los animales ayudándoles a hacer unas cuantas chozas.

En realidad todos se conocían por su fama en el pueblo, pero nunca se cruzaron.

EL ENCUENTRO

Ya era de noche y todos se habían ido a dormir,

Se hizo de día y Atlaut y Sparrow se reunieron através de sus mensajeros con sus tropas para organizar un pelotón de guerra de emergencia, por si les atacaban en cualquier momento.
Druig y Mapola se conocieron en una reunión de trabajo de la fundación "Guerreros Solidarios".
Tarzán estaba solo, con los animales como de costumbre.

A las 20:30 un mensajero salió de la corte real a avisar que a las 21:00 iba a haber una entrega de premios.

-¡El medallón al mejor guerrero es para... Atlaut!

Atlaut subió a recoger el medallón y se anunció el siguiente premio.

-¡El medallón al mejor liderazgo es para... Sparrow!

Y Sparrow también subió a recoger el medallón, así con todos los premiados.

-¡El medallón solidario es para... la fundación "Guerreros Solidarios"!

Y subió Druig y Mapola como representantes de la fundación.

-¡Por último, el medallón a la persona más medioambiental es... Tarzán!

LA BATALLA EMPIEZA

Tras terminar el discurso empezaron a caer truenos y rayos. Se avistó un gran portal en espiral en la playa. El ejército de emergencia se reunió allí para defender la ciudad.
Druig y Mapola llevaron a todo el poblado al escondite bajo tierra y después fueron al campo de batalla y Tarzán escapó con los animales a su casa del árbol, en lo alto de un baobab.

BOLB, ¿HÉROE O VILLANO?

Del portal salió una persona, era Bolb, el elegido por Hades para destruir el mundo, y detrás de este estaba un gran ejército.
El pelotón dio unos pasos atrás y Sparrow de retirada.
Dieron media vuelta y sellaron el paso hacia la ciudad, y esto para ganar tiempo e idear una táctica. Habían pensado en atacar por la espalda yendo en barcos. Pues era la única opción. Prepararon los botes y subieron en ellos. En 1h ya estaban en la orilla de la playa.

LA BATALLA FINAL

Salieron disparados a por el enémigo antes de que se dieran cuenta de que estaban detrás suya.
Al alcanzarlos se quedaron atónitos. Tenían una gran barrera oscura de protección y era imposible atacarlos. Los esqueletos dieron media vuelta y fueron a por ellos.
De repente una gran luz roja calló del cielo con gran rapidez y destruyó la barrera.

-Esto debe de ser obra de los dioses - pensaban las tropas.

Enseguida fueron a por ellos y fueron destruyéndolos uno a uno hasta que solo quedaba Bolb, pero también quedaban solo los 5 elegidos en pie.
Bolb invocó a una gran criatura usando todo el poder que le quedaba. Era enorme y muy poderosa, pero no pudo con el poder de los 5 elegidos juntos.
Sparrow daba las órdenes.

-¡Tarzán, tú serás el señuelo!¡Tienes que pasar corriendo entre las piernas del monstruo y quitarle el bastón a Bolb!
¡Atlaut, su aprovecharás el momento de descuido para clavarle las espada en las piernas y tirarlo!

De repente otras dos luces salieron del cielo y, esta vez, cayeron sobre Druig y Mapola.

-Parece que los dioses están de nuestra parte - murmuraba Sparrow.

Druig y Mapola convencidos de que los dioses le habían dado poderes fueron a por el monstruo sin piedad. Una enorme roca salió de la tierra y golpeó al monstruo y un rayo le cayó encima. Había quedado chamuscado.
Este monstruo ya es historia.

Bolb ya no estaba, había escapado y Atlaut se había quedado atrás.

-Parece que se ha rendido, ya no habrá mas problemas.

FIN
 
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darkdragon

Érase una vez, en una ciudad de la antigua Grecia, en la que la población estaba horrorizada, por los diversos seres mitológicos que acechaban en la época.
Hades, además de invocar a cerbero y Erinia, abrió las puertas del inframundo para que aquellas almas regresaran de sus tumbas a la vida y desolar a la población.
Pero que paso, que los dioses del cielo veían lo que pasaba y mandaron a un guerrero, para derrotar a los zombis, pero aparte de los zombis, las hidras de Poseidón se rebelaron contra el mismo que las invoco y empezaron a destrozar el puerto de la ciudad.
El guerrero vio lo que paso y no sabia como hacer frente a esta amenaza, así que pensó varios días hasta que se le ocurrió un arma nueva para poder derrotar a las hidras, esta arma era un espolón de hierro ubicado en la proa de los birremes y trirremes ya que son las únicas naves suficientemente fuertes para hacerlas frente.
Las hidras fueron derrotas, pero aun quedaba un problema, se acercaban 10 cíclopes a la ciudad y el guerrero, se las ingenio para crear un arma de filo más resistente para poder derrotarlos, pero al ser muchos no podía el solo, así que el dios protector de la ciudad era Atenea y mando a Pegaso para que ayudara al guerrero.
Finalmente derrotaron a los cíclopes y Atenea le dio ese Pegaso como regalo en agradecimiento por salvar la ciudad.
Pasaron varios años y el guerrero amablemente ayudo a reconstruir el puerto y las granjas de la ciudad para vivir mejor.
 

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Frangal

La Ciudad del Pecado
Basada en sucesos reales.


Capítulo I: El Origen
No se sabe si fue por el Siglo XIV A.C. o por aquel Siglo IV A.C.1 mas sin duda fue una historia épica de la Antigua Grecia. Era en aquella época por la ciudad de Orphea, donde todo el día se encontraba iluminado por la alegría de Apolo, donde todas las bodas y fiestas tenían el honor de tenerlo a Dionisio como invitado, donde Pan y Perséfone participaban cada seis meses de los summer games y las caricias de la primavera junto a toda la población de tan maravillosa ciudad.
Esta ciudad era el fruto de El del Dulce Cantar, quien junto a su padre El de Piel Brillante, logró fundar una nueva ciudad presentando su nuevo éxito, "Rezo por Vos", que trajo de forma grata a varias personas de todos los lugares cercanos, y que pudo ser disfrutado en cada uno de los anfiteatros de tan renombrado lugar.

Pero no todo resultaba albricias y gozo. Se cuenta que en la víspera del equinoccio de otoño, cuando La del Reinado Infernal se encontraba en el último día de su visita, invadió el hogar del primo del hermano del amigo del mercader de la ciudad, que era herrero; donde se le presentó con el nombre de Adonia, una hermosa joven de sonrisa hipnotizante y cuerpo esculpido literalmente por una diosa. El joven e inocente Erasmus no se resistió y se entregó a la susodicha.
Poco tiempo después, en un ataque de ira por la infidelidad y en venganza del acto de su esposa, El del Casco Invisible subió a la superficie y dejó embarazada a Acantha, mujer del desafortunado herrero. Ambos sucesos que tuvieron lugar en un par de días, dieron origen a 40 días y 40 noches de silencio entre ambas parejas, pero luego de nueves largos y silenciosos meses toda la historia fue diferente.
Nacieron, en mundos diferentes, dos pequeños varones: Skiá, hijo de Erasmus y Perséfone; y Helén, hijo de Hades y Acantha. Estos niños se criaron como dos pequeños aventureros unidos por una mágica conexión que les proporcionaba una inagotable ansia de conocer La Última Frontera, lugar donde convergían y divergían el origen de sus almas, triste y obscuramente silenciado por El del Casco Invisible. Pasaron los años y sucesos sucedieron.



Capítulo II: La Tormenta
Skiá era un hombre atlético de piel blanca y ojos azulados como las almas del Hades. Se caracterizaba por su mirada fija siempre encaminada hacia la derrota del contrincante. Vivía solo, vagando por las cercanías de Orphea pero se consagró como un arquero letal, un verdadero semidiós del inframundo que creció cazando Erinias con un arco que fabrico con madera de la mismísima barca de Caronte. El de los Ojos Azules le habría ganado una partida de Truco a su viajero compañero y por ello ganado su longeva barca.
Helén, por su parte, era más fornido y de cabello oscuro con ojos marrones como las tierras de Eleusis. Tenía un carácter totalmente dispuesto hacia el pacifismo. Era un ingenioso artista y capitán, líder de la Legión de Escultores Guerreros de Orphea (LEGO) con quienes defendía la ciudad en cada guerra que presenciaba. El de los Ojos de Tierra tenía un sentimiento de vivir incompleto junto a su ejército, aún cuando ellos le proporcionaban las victorias más eminentes de la época.


En uno de esos días de sol incandescente cuando todo aparentaba ser un día más del año, una niebla brumosa de repente asedió a Orphea. El de los Ojos de Tierra fue enviado junto a LEGO para buscar la solución al problema; integrando a cualquier mercenario deseoso de combatirla, con excepción su padre Erasmus, debido a que la integración del pobre E. al ejército terminaba siendo profundamente invariable.
Éste mítico semidiós se lanzó a la aventura junto a su Legión hacia el noroeste, en busca del centro de macabra nube. No fue muy arduo su recorrido hasta encontrar a Skiá merodeando los alrededores de la región, quien se encontraba cazando a varios Jabalíes de Calidón. Se podía pensar que eran los jabalíes y el furor de Artemisa quienes traían consigo la tormenta, así como también la sonrisa de El de los Ojos Azules al ver tanto bardo frente a él, pero algo hizo que empezara a caer una incesante lluvia de Shampein mientras un rayo del sol menor llegaba con ritmo salvando el infortunio de las almas de los guerreros.
Helén quedó conmocionado por la mirada de su hermano perdido, y un sentimiento indescriptible recorrió su ser. Rápidamente todos huyeron del azotado lugar dejando algunos cadáveres junto a la tierra ya destruida. El de los Ojos de Tierra se mantuvo dubitativo sobre el suceso, con ansias de descubrir qué era la fuerza misteriosa que causó tamaña catástrofe. Sólo sabía que iba a ocurrir de nuevo y de manera mucho más trascendente, porque tenía en claro que si algo malo puede ocurrir, ocurrirá, y lo hará porque la perversidad del Universo tiende hacia el máximo.

Capítulo III: El Cráter de Oro
Sin lugar a dudas algo grave estaba sucediendo y ninguno de los dos hermanos supo porqué razón se originó la tempestad. El segundo encuentro de ellos tuvo lugar en un valle no muy lejano, durante un paseo nocturno de Helén recorriendo los campos de trigo de los famosos fenicios, comerciantes conocidos por sus altos precios de objetos inservibles, pero con una verdadera ganga de materia prima.
El de los Ojos Azulados hallábase mirando a las estrellas, tan puras como el color de su mirada, hasta que cada vez le resultó más imposible contemplarles. Igual que antes, una extensa niebla cubrió la zona una vez que se acercaban los dos; hasta que cruzaron miradas y descubrieron parte de lo que pasaba: Al mirarse, de la nada se hizo un hueco en la nube que los aislaba del paisaje. Un rojo intenso fue naciendo hasta que un meteoro cayó junto a ellos. Tenía dentro preciosas pierdas color verde flúor y dentro un pequeño niño con traje Rojo y Azul, con una pequeña S, pero ésa es otra historia.
En el cráter encontraron ellos varios trozos de oro y plata incandescentes como el meteorito estrellado, pero debido a la intensa ventisca que los acorralaba vieron la necesidad de abandonar el lugar dejando allí el indicio del desastre. Volvieron a sus hogares, alertas de lo que en un futuro pueda estar pasando, y preocupados de los augurios que estaban viviendo. De todos modos, reconfortante fue, para ambos, llegar a su “Dulce Alabama”, donde los cielos son tan azules.

Al día siguiente, en el lugar donde cayó el meteorito, había nacido un ser que trascendía totalmente a lo que era el Panteón Griego. Un ser de cara pálida y aspecto moribundo, como que si fuera incapaz de morir y descansar en paz; con un par de cuernos como dos lanzas de hueso que se afilaban con el pasar del tiempo. Casi no existen palabras para describir aquel suceso o la apariencia de quien se hacía llamar el “The Graper” o “The Grapist”, aludiendo a la inmoral del dialecto inglés y su cultura.
No fue tarde hasta que Hermes, El de los Pies Alados, diera noticia al Olimpo de lo que sucedía exaltado por el surgimiento de una nueva fuerza. Zeus, como Dios Supremo y creador de tormentas, reconoció que aquello era otra artimaña de su hermano Hades. Tras un largo debate de estos doce Dioses, llegaron a la conclusión de que El del Casco Invisible tenía la intención de mandarles un mensaje, sólo que esta vez se habría pasado un poco de las manos. Ni que fuera El Científico de un Juego Frío.

Capítulo IV: Divide y Vencerás
Cabe aclarar aquí que Skiá, obedeciendo a su parte mortal y humana, decidió reunirse con su hermano para averiguar los misterios que los atormentaba. El de los Ojos de Tierra decidió acompañarle, pero el temor de todo el pueblo al ver las incesantes e increíbles tormentas que le proporcionaba, tomó control en el asunto y amenazó al pobre Héroe con el augurio de que iba a morir seguramente uno de los dos hermanos. Para calmarlos, les comento que el árbol de la plaza del barrio viejo no crece más, necesita que llueva para ver si crece.
Encaminados hacia los cultivos fenicios, y sufriendo el temor que algo dañino suceda, estos Héroes se encontraron por casualidad con los Doce del Olimpo, liderados por El que junta las Nubes quien les reconoció en el rostro ese rasgo infernal que han heredado de Hades y Perséfone. Simplemente se trataba de un encuentro entre dos carbones que son distintos y por eso casi se matan.

Todos ellos, en medio de una tenebrosa noche estrellada, tenían en claro el mismo objetivo: averiguar qué era lo que quería El del Caso Invisible. Partieron valerosamente en busca de "The Grapist", al que encontraron en una recóndita costa del mar Mediterráneo gracias a Poseidón. Lo hallaron por aquella zona, destruyendo la pequeña huerta del caballero Soy Fido, quien en una desesperación inigualable le combatía con su forjada espada. Al llegar el grupo de los Catorce a detener el cometido del monstruo entablando una batalla, resulta brutalmente golpeado El de Los Ojos Azulados muriendo en el acto.
Inmediatamente después de ello, el enemigo comienza a flotar desapareciendo este y el cuerpo de Skiá. Los restantes divinos se encaminan hacia el inframundo para poder terminar con todas aquellas desventuras, liderados por El de los Ojos de Tierra quien pensaba en sí mismo: “Home Sweet Home, Home Sweet Home, esta no es, no es mi casa, no”.
Ninguno de ellos sabía en qué parte del vasto inframundo se encontraba El del Casco Invisible, ni mucho menos cómo buscarlo; pero de repente un susurro le atinó a Helén: Su hermano se encontraba vivo todavía, raptado por su padrastro. El grupo de los trece se encaminó hacia donde se encontraba, atravesando y superando diversos obstáculos que se les interponían. Si no fuera por aquella brújula que te dirige hacia lo que más deseas en este mundo, no podrían haber encontrado el lugar del origen.



Capítulo V: La larga espera
Tras la travesía que sufrieron estos bondadosos derrotando a Cerbero y a todas las almas vengativas que les hicieron una defensa, han llegado por fin a encontrarse en un medio de una abundante obscuridad, cara a cara con el maligno de Hades. Todo en ese momento se convirtió en tensión. El del Casco Invisible se encontraba sentado en su trono con la cabeza gacha, y con todas sus arrugas y canas acompañando a su aura de muerte. Junto a él estaba El de los Ojos Azulados, quien estaba atado y privado del habla, luchando por liberarse y pedir ayuda.
Zeus lo miro con odio, enojado por las catástrofes provocadas por su hermano. Gritándole, le recriminó una explicación.
Silencio.
Hades, levantando la cabeza y mirando con sus ojos infernales, hizo que todo su alrededor se iluminara, presentando así a increíbles monstruos nunca vistos por sus hermanos olímpicos. Se podían observar claramente Hombres con forma de Lobo, Un caballero que no tenía cabeza, y demases cuerpos de no vivientes... simplemente era espectacular lo que se podía observar allí. El del Casco Invisible susurró unas simples palabras.


“FELIZ HALLOWEEN”




FIN


Fue de esperar que todos los presentes disfrutaran de una noche comiendo dulces y hablen de terror. Todos pasaron un gran momento, a excepción de Poseidón, quien se asfixió por falta de agua al estar en un lugar seco y alejado de sus mares.
 
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Mont88

El ultimo vuelo de Pegaso



Esta historia que pretendo contaros no es para nada algo de lo que me sienta orgulloso, la soledad siempre pensé que era mi única aliada pero solo sé que fue mi única salida.

Desde la fortuita muerte de mi hermano en el que lo confundí con el traidor de Belero, se me acuso de asesinato... Yo Leofontes fui condenado al nombre de Belerofonte (Asesino de Belero) y tuve que abandonar Corinto a la corte del rey Preto en Tirinto en busca de purificación.
Mis primeras semanas allí fueron duras, más que por el duro entrenamiento al que era sometido y la falta de alimentos a los que tenía acceso, la reina Antea se convertiría en mi mayor peligro.
A pesar de ser la reina no tenía miedo en mostrar sus sentimientos hacia mí, yo sin dudarlo la rechacé siempre siendo consciente de mi situación y tras haberle jurado fidelidad al rey Preto.
Las cosas se me fueron de las manos cuando tras volverla a rechazar Antea no dudo en acusarme al rey de violación, el rey muy cabreado y furioso ordenó mi ejecución pública pero sus consejeros le recordaron que al ser yo un huésped estaba bajo su responsabilidad por lo que incumpliría una ley sagrada.
Tras unos cuantos días encerrado en un calabozo, totalmente deshidratado y desfallecido, abrieron las puertas de mi celda, dos soldados me llevaron ante el rey que me recibió con una sonrisa y prometiendo no matarme a cambio de marcharme del reino, también me dio una carta confidencial para Lóbates Rey de Licia.
Tras 2 semanas de viaje a pie y tras algún que otro problema con algunos bandidos conseguí llegar a la hermosa Licia, con afecto y hospitalidad los ciudadanos y el rey me recibieron en su hogar.
Al día siguiente el rey Lóbates me reclamo con urgencia en la sala del trono para pedirme un favor... ¡MATAR A LA QUIMERA! en aquel momento no era consciente de lo que me pedía, quería que yo un solo hombre que solo había entrenado, pero carecía de experiencia de combate, matara a ese ser mitológico creado por los dioses. Sentía que me estaba condenando a una muerte segura, tenía miedo y las manos me sudaban, no sabía qué hacer pero me di cuenta que el rey no me pedía un favor sino que me estaba dando una orden, por lo que sentí que no tenía nada que perder y que sería una digna muerte si fracasaba en la misión para alguien que carga con la muerte de su hermano.

Empezó mi búsqueda tras la Quimera de inmediato equipado con mi lanza de acero y mi escudo, llevaba muy poca agua y alimentos por lo que tendría que buscarme la vida y lo primero que hice fue ir a ver al oráculo que me recomendó la búsqueda del caballo alado Pegaso, ¿ podía existir tal cosa? un caballo que volaba por los cielos y con una coz capaz de partir carros por la mitad... bueno, si mi misión es matar a la Quimera porque no podría existir, por lo que emprendí su búsqueda, tras buscar en el Monte Helicón donde presuntamente dijo el oráculo que lo encontraría logre divisarlo en la acrópolis de Corinto.
No podía creer lo que estaba observando, ese caballo blanco derrochaba confianza y me hizo perder totalmente el miedo de mi combate contra mi objetivo, tras acercarme a Pegaso me golpeo. Perdí el conocimiento y desperté tras unos minutos, sentía como si tuviera el torso inmóvil pero podía moverme, tras levantarme la diosa Atenea hizo presencia para darme una brinda de oro que haría que Pegaso me respetara y me permitiría cabalgarlo. Tras eso la divinidad desapareció y me dispuse a lomos de Pegaso terminar con esto.

Desde los cielos era capaz de observar varias granjas completamente destrozadas y con todo el ganado descuartizado por el poblado, no tuve que esperar mucho para ver por primera vez, y espero que ultima, esa criatura cabeza de cabra que lanzaba fuego, cuerpo de león y tenía una cola con una serpiente que parecía ser muy rápida. Lleno de confianza me lance a por ella sin dudar, me devolvió una bocanada de fuego a la que Pegaso rápidamente pudo esquivar y lograr posicionarse justo enfrente de la bestia para darle muerte yo con mi lanza, pero no todo fue como esperaba pues la serpiente de su cola intento lanzarme un mordisco en la cara que logre esquivar con mi escudo, pero evitando el golpe fatal sobre Quimera e hiriendo gravemente a Pegaso tras un zarpazo que recibió, tras caer al suelo la situación me superaba, parecía volver a una realidad de la cual no quería ser consciente y a cada paso de la bestia mi corazón latía más deprisa, armado con mi lanza y con el escudo medio destrozado me disponía a aceptar mi muerte y pensar que lo más justo era morir así enfrente de algo a lo que no podía hacer frente y como un conejo ante un león. Cerré los ojos, acepte mi destino y cuando me prepare a escuchar mis propios gritos de dolor, muerto en llamas, de repente escuche un relincho justo antes de morir... Pegaso golpeo con toda la fuerza que le quedaba a Quimera estrellándola contra un muro de piedras, con mi lanza en mi mano derecha y dejando el escudo atrás avancé hasta aquella maldita criatura mientras se giraba tenia la lanza preparada y en mi mirada se podía notar una seguridad de victoria absoluta, pues mi lanza se dirigía sin piedad hacia su corazón, pero logró atrapar mi arma con su boca, la cual no pretendía soltar bajo ningún concepto ni aunque lanzara una llamarada que lanzó y provocó que la piel de mi brazo derecho se derritiera. El dolor era insoportable, pero tenía la victoria cerca, tan solo tenía que atravesar su garganta cuando la criatura consiguió arrancarme medio brazo derecho y tragárselo junto con la lanza, ahora sí que debía aceptarlo esto estaba perdido, pero mejor morir rápido a morir desangrado, pero no fue así, Quimera cayó en seco al suelo... La bestia había muerto, pero era imposible ¿Cómo? tras unos segundos observe como su estomago se abría y exponía sus órganos vitales por el acero que se había fundido en su interior, logré soltar una pequeña carcajada antes de caer al suelo completamente exhausto.

Pasaron días hasta que logre despertarme de lo que pensaba que había sido una pesadilla pero tras ver que me faltaba medio brazo supe que no, que todo había sido real, me encontraba en un pequeño poblado donde una anciana logró cuidarme durante los días que estuve inconsciente y sanó mis heridas, tras agradecérselo le pregunte por Pegaso pero me dijo que me encontró solo en su puerta junto con una brinda de oro que me devolvió, tras eso volví a Licia donde el rey Lóbates se sorprendió de mi regreso y no dudo en mandarme a más misiones suicidas (Amazonas, Espartanos refugiados, Arpías) pero con ayuda de Pegaso las superamos sin problemas y tras saber yo gracias al adivino Poliido que la carta que Preto mando a Lóbates era petición de mi ejecución me dispuse a enfrentarme al rey.
Lóbates pensaba que yo seguía sin saber que pretendía mandarme a una muerte segura, pero cuando entre junto a Pegaso a la sala del trono y con intención de darle muerte, el rey pidió clemencia y me concedió la mano de su preciosa hija, la cual fue capaz de hacerme sentir un sentimiento dentro de mí que jamás antes sentí, tras aceptar la oferta de matrimonio y proclamarme rey de Lacia en Tirintio a la reina Antea le llegó la información de nuestro casamiento y tras robarle a su esposo todo el oro se fugó en busca de una poderosa bruja con la que, tras ofrecerle todo el oro, le pidió que me lanzara una maldición en la cual yo perdiera totalmente la cabeza y la razón, aparte del oro también tendría que entregar su vida le dijo la bruja a Antea y sin dudarlo esta acepto.

Mis días cada vez eran de locos, veía a Antea por todas partes, no era capaz de distinguir lo real de lo irreal y no era capaz de reconocer a mi propia esposa, pero cerrar los ojos... eso sí que era un tormento. Tras años en los que era conocido como el "Rey Loco de Lacia" no sentía el cariño de mis hijos ni el de mi mujer puesto que me encontraba muerto por dentro y viviendo una pesadilla muy real por fuera, en uno de mis últimos momentos de locura conseguí escaparme y volver a llamar a Pegaso, al cual llevaba largo tiempo sin ver, le pedí que me llevara hasta al Olimpo y comprobar si los dioses existían de verdad o no, pero Zeus ofendido por mi poca fe lanzó un rayo sobre Pegaso logrando enfurecerlo y consiguiendo que me desequilibrara para caer al vació, un vació que dio fin a una vida vacía.
 
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Inst

PESADILLA DE LOS DIOSES
La noche se le había echado encima, estaba cansado, portaba su espada y su escudo preparados para ser usados en cualquier momento, no podía dejarla morir y por ello debía adentrarse en lo profundo de la gruta, vestía una campestra, especie de falda doblada alrededor de las caderas, la cual le llegaba hasta las rodillas y llevaba también una túnica dalmática alrededor de su torso. Con cada paso que daba, el silencio, se hacia el dueño del lugar pero eso no le hacia retroceder, al cabo de un rato una casa edificada con piedras hacia su presencia en el inhóspito lugar, era la misma casa que se había criado él de pequeño en el Olimpo, se acercó hasta ella y un grito de sufrimiento le hizo detenerse en el acto, era la voz de su hija, fue hasta la puerta y la abrió despacio para oír cualquier sonido del interior con la espada y el escudo preparados para contraatacar pero el silencio se había adueñado del sitio. Accedió a la estancia y el panorama era desolador, todo estaba destrozado, las paredes estaban cubiertas de lo que parecía ser manchas de sangre y justo a poca distancia de él una mujer en el suelo, estaba boca abajo sobre un charco de sangre que le rezumaba del cuello. Se fue acercando a ella poco a poco alargando la mano para ver si seguía todavía respirando pero justo cuando estaba a pocos centímetros de la mujer un fuerte estrépito le alerto detrás de él. ¡¡BLAM!! La puerta se había cerrado de golpe asustándole, el corazón le latía deprisa y el sudor empezaba a aparecer, en ese momento la joven muchacha empezaba a moverse, pero como, si estaba muerta o al menos lo parecía.
- ¿ Eres tu Perséfone? – Preguntó el guerrero estupefacto -, ¡hija mía que te ha pasado!
Con paso torpe se iba acercando al hombre, su mirada estaba en blanco y el color de su piel estaba palidecida, en la base del cuello tenia una herida prominente, la cual emanaba burbujas de sangre que le resbalaban por el cuerpo hasta el suelo. No la reconocía y menos aun no reconocía su voz era otra persona, se armó de valor y le propino un fuerte golpe con el escudo en el pecho, empujándola varios metros a atrás, precipitándose contra el suelo bruscamente. No sabía lo que había ocurrido allí pero al ver a su hija en tan lamentable estado le estaba llevando a la locura, otro ruido le devolvió a la realidad, otro hombre ataviado con una túnica negra andaba con paso torpe y con los ojos en blanco también hacia él, era Hades.
- Maldito Hades – le maldijo el guerrero -, que le has hecho a mi hija, bastardo.
Pero la mirada de Hades estaba en blanco. El guerrero poseído por la ira arremetió contra Hades con toda su fuerza, solo quería hacerle sufrir como estaba sufriendo él por la perdida de su hija. Con la espada en ristre le propinó un corte en una pierna haciéndole tambalearse en el sitio. Hades, una vez recuperado se abalanzó sobre él con violencia, el guerrero interpuso el escudo entre los dos a tiempo de ser agarrado por el y justo cuando se apartaba de él para propinarle el golpe de gracia, unas manos pequeñas y frágiles le retienen por el brazo que portaba la espada con suma fuerza y sin ninguna posibilidad de moverse, era Perséfone, en ese mismo instante la muchacha se abalanzó sobre el dándole un inmenso mordisco en el brazo, arrancándole un trozo de el y haciéndole perder el equilibrio, cayendo los dos al suelo, intentó librarse del mordisco de su hija pero en vano lo único que lograba era agudizar aun mas el dolor. Hades se precipitó también sobre el mordiéndole en el cuello, haciéndole abrir los ojos al máximo y mientras la vida le abandonaba se preguntaba mentalmente, porque a él.
En ese mismo instante, Zeus se despertó empapado de sudor y con el corazón acelerado.
FIN
 

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AXER H.RIZSE


"Las noches son hermosas" eso fue lo último que John dijo antes de que ocurriera..


John era un profesional en el arte de la guerra, yo también lo era, estábamos recostados en las hierbas de una tierra nunca antes explorada. Un territorio nuevo, serian los comienzos de algo nuevo. Cerca de la húmeda y refrescante tierra presenciabamos la luna que proyectaba inútilmente la poca luz que se podía encontrar. Estaba oscuro, pero eso no era una dificultad. Todo lo que pasamos nos hizo expertos, y la noche no podía ser una dificultad, solamente era un adorno más al ambiente, un momento de 10 horas donde uno podía marcar la diferencia de los profesionales sobre los novatos.


Había un bosque no muy lejos de donde nos encontrabamos. Nos encontrábamos en una expedición cuya recompensa iba a ser algo quien todo el mundo iba a envidiar. Nosotros sabíamos que era, aun así develarlo podía no ser una ventaja, no por el momento
El bosque era tan oscuro como la noche, se podía distinguir y presenciar ese ambiente oscuro que rodeaba el lugar. Lo que habia alla era motivante. Habiendo atravesado muchos miedos y momentos de riesgo eso sonaba algo divertido. El campamento con nuestros hombres podíamos dejarlo olvidado un tiempo y hacer algo que solamente amigos hacían, divertirse como en los viejos tiempos.
Cada vez que nos acercabamos al bosque podiamos notar esos aires fuertes y húmedos que movían la hierba y esas cadenas invisibles que nos encerraban con la cercanía Violento, eso fue el cambio que hubo en nuestro estado. Siempre fui un hombre temerario, era reconocido por esta clase de cosas, John también aunque el era el tenia montones de cualidades, de hecho diría que era el hombre más completo de la época porque pocas personas podían ser lo que el fue y lograr lo que el puede lograr. En mi opinión es una mente maestra, pero ese no es el caso.
Note como las hierbas cambiaban de color hasta tal punto que no había mas hierbas y la humedad resaltaba más que cualquier otra cosa. "Que podria haber ahi.." ese fue uno de los tantos comentarios que había dicho una vez terminando esas carreras rápidas que siempre hacemos, en las cuales se combinan velocidad y cierto estilo que captaba mujeres. Lamentablemente no había n mujeres, este nuevo territorio parecía más que un desierto, probablemente porque no habíamos avanzado más que el Monte Ferro ubicado mas al Este cerca de las mesetas.
Solamente hombres y dos de ellos entrando a un bosque divertido y aterrador. Una linda experiencia, el miedo no se podía identificar al principio, mas adelante si. Mientras lo explorabamos con nuestra rapidez natural, observamos más de una vez que algo nos estaba observando.
Pensar que era un enemigo era una de los planteos que se nos pudo haber ocurrido durante periodos de guerra, pero hace años que no hubo conflictos bélicos con nuestro imperio, y pese al pertenecer, por mi parte, a una dinastía vinculada con la civilización cercana al lugar, tenía que reconocer que la situación estaba tan bajo control que me podía permitir estas pequeñas aventuras que los jóvenes solían hacer.
Después de todo, nos merecíamos una nueva aventura como amigos de la infancia.
Ocurrio algo esa madrugada. Algo que pocos quisieran recordar, porque vivir, no creo que salgan con vida
"Manticoras?" pregunte. Un corte filosisimo atravesó el cuerpo de mi amigo. Era impresionante, hubieron unos milisegundos de shock y después no importaba verse bien ya, mi amigo estaba estaba por morir y yo iba a ser el siguiente. Como rompió la velocidad del sonido, fue algo que atemorizo el bosque. Ya entendía porque grito mi amigo eso, estaba aterrado, pero no era tiempo para pensar en eso. Esquivando obstáculo tras obstáculo corrio sin cesar por la oscuridad misma pensando que podía venir esa bestia por cualquier lado. No era posible que estuviéramos en esa situación; debía ser chiste, solamente pensé la expresión en mi cabeza, mi amigo estaba con muy poca esperanza de vida. No pense que iba a ocurrir eso. No me habia percatado de que aqui habian manticoras. Correr era mi única opción, mínimamente tenia que salir del bosque, ahi ya se iba a ver que ocurriria.
Mis tropas dormían, eso podía verse gracioso desde tercera persona pero lamentablemente yo estaba basándome en mi instinto de supervivencia y no tanto en la estrategia para salir de a ahí Esos ojos eran familiares, pero vi muchos de esos ojos. Era posible que hubiera más de una manticora. Le había a dado unas mil vueltas a este tema pasado el minuto de pique desde el centro del bosque.

Quejarse ya era inútil, que iba a resolver cuestionandome. Vi a la Manticora otra vez, pero esta vez la presencie cara a cara. Pero que velocidad, era aplastante la diferencia, parece que no se tomo el tiempo en perseguirme. Era impresionante, ahora que iba a hacer. Estaba casi en uno de los extremos del bosque. No estaba a finales sino muy cerca. Podía ver árboles por cualquier lado, aun así no eran obstáculo para esta bestia, quebró las filas de madera con instinto depredador. Era enorme y aun asi tenia esa velocidad que la tierra quedaba humillada.

No importaba ya, mi amigo muerto, mis hombres dormidos, yo en riesgo. Habiendo cumplido todas mis ambiciones, no quedaba mucho.
Me escondí , esa fue la decisión n que tome.
Vi el tema de manera sencilla, esta iba a ser mi aventura.
Asi que, tenia que aguantar la tristeza, no había tiempo para lamentarse el haber entrado y haber conocido a estas bestias. Al poco tiempo antes de esconderme pude ver una mas grande aun que no se había fijado en mi.
Parece que yo me tomaba el tiempo de lidiar con las más pequeñas cuando habian mas grandes y dispersas en todo el bosque
Llegué a pensar que el tema me lo sacaba de encima, era oscuro igual. La oscuridad se vio como otro tema frente a estas manticoras. Que mirada tan penetrante, se notaba el peso de su concentración Era un poco divertido ver que la manticora del comienzo no me encontraba. Estaba en una cueva llena de insectos cuyos nombres tampoco quería saber.

Había amanecido y mis hombres estaban formando para recibir instrucciones, aunque al poco tiempo se percataron de nuestra ausencia pero no de la muerte de uno de nosotros. No importaba, solamente importaba salir de ahí . Quizás con la ayuda de ellos se podía haber logrado algo, pero eran muy débiles quizás para este nuevo reto.
Lo bueno de esto es que el bosque parecía despejado, no se veía ninguna manticora, faltaba que apareciera otro bicho extraño que se me escurriera entre las prendas. "Que bien dormi" lo pense con ironia, podia permitirme reirme un poco de mis bromas mientras iba saliendo del bosque sin llamar mucho la atención Probablemente haya sido esa sobreconfianza que me alerto a otras bestias de mi presencia. De cualquier forma, apenas apareció ese león de piel de hierro tuve que aumentar el ritmo con tanteadas veloces y potentes, esquivando ramas y troncos caídos eso significaba que estaba por terminar el recorrido. Podía ya sonreír con facilidad, me habia acostumbrado incluso a ver esto como una comedia durante esa noche tan espeluznante de mi vida.

Concluyó la alegría, el miedo invadió el ambiente, sin embargo ya empece a sonreir, y me propuse irme sonriendo a mi hogar o mínimamente al campamento teniendo que cruzar o no a ese León de Nemea posando a finales de la entrada. Era gigantesco, si ya me quejaba de la Manticora tenía que ver lo que era este. El rugido movió las hojas incluso parecía a que las hojas movían los árboles. Las manticoras llegaron. Eran seis, y la mas grande de todas, del tamaño del leon. Eran bestias que no parecían compartir intereses o quizás no compartían la necesidad de compartir.

Las manticoras volando planeaban lentamente hacia mi, y la más grande directamente enfrente de mí. Tenía que entornar mi cuello excesivamente para verla del todo. El león de Nemea le arrancó una oreja a la manticora más grande. Fue monstruosa la cantidad de sangre que salía de esa herida o esa ausencia. La manticora respondió clavando sus colmillos a una de sus patas, fue inútil sólo había una forma de vencer a este león y era combatiendo cuerpo a cuerpo. El león siguió o arrancando miembros de la cabeza de la manticora. La sangre ya dejaba de salir tan intensamente, ahí ya desbordaba por el suelo y tocaba las garras de las manticoras más débiles. Decidieron huir y refugiarse.

El León quedó entretenido con la comida, la manticora más grande estaba degollada y la sangre de su cuello de vez en cuando manchaba la frente del león cuando el se acercaba a devorarlo. Sin duda, aproveche para huir, pero sigilosamente, de cualquier forma me convenía salir rápidamente de ahí, esa bestia no tenía rival, solamente un titán donde iba a encontrar a un titan. No importaba, era un planteamiento estupido, segui mis corridas-trotes hasta finales del bosque. Ahi corriendo unos metros mas, con mas velocidad, escuche los rugidos del león y veía con mi cuello en contra de mi cuerpo como los árboles iban directo a mi. Eso me dio a suponer muchas cosas, no me importaban ya. Creo que me salve.

Me incorporé a mis tropas y explique lo sucedido. Tuve que afrontar lo mismo que ellos hicieron pero creo que en mi caso había un mayor impacto. Ya no importaba, al menos estaba a salvo. Me hubiera gustado haberlo visto una última vez por el dia, aunque sea para saber si estaba vivo. Si lo hubiera hecho seguramente no estaria aca y hubiera gozado la misma experiencia que el. Mis condolencias

Decidimos organizar todo para no avanza más que este punto. Eso era una zona muy insegura, de hecho este nuevo territorio no me quiero imaginar que habia por ahi. Cruzar el monte ya no era un objetivo, y mi decisión era justificable, tenían que ver lo que yo vi y de ese modo estar a las alturas de opinar.

A la noche estaba todo listo, pero viajar de noche podía no ser la mejor opción. Era una opción n, y era la más segura.

No se volvió a saber mas de esos hombres y esos profesionales al mando. "Las noches son hermosas, las madrugadas son la belleza misma" eso fue lo ultimo que dije el día siguiente al suceso de mi amigo.
 

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yeraytxiki


Hace muchos muchos años,en los campos de batalla cercanos a una aldea de grepolis,se libro una gran batalla en la que solo sobrevivieron tres valientes soldados,con su cuerpo aun ensangrentado y rodeados de cadáveres descuartizados por las armas del enemigo,se levantaron y empezaron a caminar juntos hacia sus casas con la esperanza de encontrar a sus familias...al acercarse pudieron ver como toda la aldea estaba en llamas y todo era desolación y un hedor de carne quemada hacia irrespirable el aire,se acercaron pero no pudieron siquiera reconocer a sus seres mas queridos,allí mismo juraron por sus dioses que jamas volverían a tener paz en sus almas hasta que vengaran esos horrorosos crímenes,y se fueron hacia las montañas a refugiarse y sanar sus heridas.

Despues de unos dias de gran sufrimiento,mas por las perdidas que por sus propias heridas, mientras dormían tuvieron un extraño sueño,en el que un hombre, o Dios o no sabían muy bien lo que fue exactamente pues todo era muy confuso,les prometio que si luchaban por el con honor y valentia,les devolvería todo lo que mas querían.

Asi a la mañana siguiente al despertar,ninguno de los valientes y tristes soldados dijeron nada de aquel sueño,pues todos pensaron lo mismo,era simplemente eso,un sueño.

Pasaron unas cuantas semanas,y sanos del todo menos del corazon por las perdidas de sus familias y su pueblo,decidireron volver a la aldea por si alguien habría sobrevivido,al llegar solo encontraron a una mujer sentada,que no sabian muy bien por que,pero parecia que esperaba a alguien,entonces la mujer les dijo....

- Bienvenidos valientes guerreros,llevo dias esperándoos,¿no os dijo nada mi señor?
los guerreros se miraron, y todos recordaron aquel extraño sueño,en el que un Dios,un hombre,o lo que fuera, les prometió darles una fuerza y destreza sobrehumana en la batalla,y devolverles todo lo que perdieron si luchaban por el.Entonces la mujer,les dijo que partieran hacia el castillo del rey que les arrebato todo lo que les importaba,y le retaran a poner a 100 de sus hombres contra ellos tres,y si ganaban, tendria que irse de aquellas tierras.

Los tres guerreros asi lo hicieron,se presentaron ante el Rey y le retaron,el Rey no pudo mas que reirse,ja ja ja ja ja ja , 100 de sus hombres contra tres guerreros,entonces accedió al reto,y les prometio que si ganaban el se iría de alli.

A la mañana siguiente se produjo la batalla,y claro esta que los guerreros destrozaron a los hombres del Rey,pero no contentos con eso y viendo que eran invencibles,mataron tambien a toda su familia y dejandole vivo a el para que sufriera como ellos lo estaban haciendo.

Despues de toda esa sangria,volvieron en busca de la mujer para que les devolviera lo que les prometio su señor,pero cuando la encontraron ella les dijo...

- ¿Que habéis hecho?
- Lo que tu señor nos dijo,vencer a 100 hombres del Rey.
- Si(contesto ella) pero no os dijo nada de matar a toda su familia.
- El mato a la nuestra (contesto uno de ellos)
- No habéis aprendido nada.......mi señor os hubiera devuelto todo aquello que queriais y perdisteis,pero para eso deveriais haber aprendido que no hay nada mas doloroso que la predida de nuestros seres queridos,ni mas reconfortante que saber perdonar y no querer para los demas el inmenso dolor que vosotros teneis,os pusisteis a la misma altura del malvado Rey,asi que sereis castigados al igual que él, a vivir eternamente y sin poder olvidar vuestra desgracia.

Se dice que los tres hombres y el Rey, siguen vagando por los campos de batalla y llorando su dolor eterno,pero nadie jamas supo sus nombres,pues el hombre, Dios,o lo que fuera,asi lo quiso,que fueran olvidados por el resto de los mortales,pues fueron tan rencorosos que no supieron conformarse.Ni tampoco merecen ser recordados.
 

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Marihuano


Una victoria merecida.


Érase una vez un niño llamado Zeus y apodado Dios del Cielo. Un día iba caminando por la calle de la mano de su madre Rea cuando un animal volador, llamado Mantícora, cogió a su madre y se la llevó con ella. Zeus se quedó muy triste y una ninfa que pasaba por allí se paró a consolarle. Esta ninfa, llamada Cinosura, se encargó de cuidarlo hasta que creció ya que el padre de Zeus, Cronos, estaba en búsqueda del niño para matarlo al igual que sus hermanos.

Una vez crecido, Zeus emprendió un viaje en búsqueda de su madre Rea. La ninfa le dijo que no sería buena idea ya que no sabía donde se encontraba su madre y Cronos estaba en su búsqueda, pero a pesar de esto Zeus arráncó el viaje. Una vez fuera de casa, Zeus emprendió el camino hacia el Castillo Tenebroso del que era dueño Hades. Caminó por el bosque durante un largo tiempo hasta que anocheció. Comenzó a llover y Zeus prosiguió su camino, muy convencido de que iba a encontrar a su madre allí, pero la lluvia aumentaba y cada vez era más abundante y el suelo comenzaba a hundirse tanto que Zeus pisó y comenzó a hundirse en la tierra. Zeus estaba muy asustado e intentó salir de todas las maneras posibles pero no lo conseguía. La tierra cada vez lo hundía más y más y parecía el fin de Zeus, pero justo cuando iba a hundirse la cabeza de Zeus apareció la mano de Hades. Hades salvó a Zeus y éste le preguntó que por qué. Hades le dijo que en el pasado él lo había pasado muy mal y nadie le había ayudado y que por eso lo hacía.

Entonces Hades llamó a su Pegaso y Zeus muy sorprendido por este animal que, al igual que el Mantícora que se llevó a su madre, volaba, le preguntó a Hades que si podría prestárselo para ir en busca de su madre y éste le dijo que se lo podría llevar si lo vencía. Zeus aceptó el trato pero le volvió a preguntar a Hades que cómo iba a dejarselo después de haberlo matado y Hades le respondió que él era el Dios de los Muertos y que podía revivir a cualquiera. Entonces Zeus muy contento emprendió el viaje por los cielos junto a Hades hasta llegar al Castillo Tenebroso. Una vez allí Hades le dió de comer y lo mandó a dormir.

Al día siguiente, Hades le dió a Zeus de desayunar y le dijo que se preparara para la dura lucha que tenía a continuación. Le dió un escudo y una espada para luchar con el Pegaso. Comenzó la batalla y el Pegaso comenzó a darle pisotones a Zeus. Al cabo del rato le estaba dando una paliza a Zeus. Zeus casi muerto resurgió de sus cenizas y se levantó del suelo. Poco a poco comenzó a hacerle frente al Pegaso hasta que el Pegaso le dió una patada y le quitó el escudo y la espada de una vez. Zeus totalmente desprotegido se abalanzó sobre el Pegaso pero éste lo repelió y una vez tirando en el suelo, el Pegaso se alzó al cielo para darle el último pisotón a Zeus y matarle y Zeus reaccionó y esquivó el ataque.

Zeus estaba lleno de cólera y el cielo empezó a nublarse, parecía que iba a haber tormenta, cuando de pronto un centelleante rayo cayó sobre el Pegaso destrozándolo definitivamente y declarando a Zeus como ganador del duelo. Entonces Hades resucitó al Pegaso y se lo ofreció para su misión.

Zeus emprendió de nuevo su viaje en búsqueda de su madre. Esta vez iba dirección Valle del Silencio. Hades le dijo que allí se encontraba su madre. Cuando llegó a este valle no encontró a nadie allí, todo estaba silencioso hasta que de pronto, el Mantícora comenzó a acecharle y volcó al Pegaso. Zeus muy disgustado fué a ver como se encontraba el Pegaso cuando de pronto se lo llevó el Mantícora al igual que hizo con su madre. Entonces Zeus, solo, fué andando hasta que encontró un castillo en medio del Valle. Era un castillo viejo y lleno de musgo. Entonces Zeus se adentró en el castillo. Una vez dentro encontró a su madre muerta dentro de una celda acompañada del Pegaso que estaba vivo. Zeus dentrozó la celda y sacó a su madre de ahi y con ayuda del Pegaso se la llevó para el castillo de Hades para resucitarla. Pero en mitad del camino el Mantícora les dió alcance y los derribó en mitad del bosque.

Zeus, dispuesto a luchar contra el mantícora, puso a su madre a salvo y subió a lomos del Pegaso. De pronto recordó lo que pasó frente al Pegaso y se enfurió mucho y un rayo calló sobre el mantícora. Éste cayó al suelo pero no estaba muerto. Pero Zeus Cogió su espada y la clavó en el corazón del Mantícora. Una vez muerto, el Pegaso se los llevó a todos, a Zeus, a Rea y al Mantícora al Castillo Tenebroso. Una vez allí, Hades resucitó a Rea y al Mantícora. Hades le confesó algo a Zeus. Que todo esto era cosa suya, que él mandó al Mantícora a raptar a su madre para ver si valía para ser Dios. Entonces Zeus muy sorprendido le dijo que si había superado la prueba y Hades le dijo que sí y le concedió el poder de ser el Dios del Cielo y vivió feliz con su madre.
 

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Genis62

EL JUICIO FINAL.
-¡¡ Suéltame!!
-¿Por qué?, ¿no quieres ver tu maldad?
-Suéltame, por favor
-Que fácil seria ¿verdad?, negar todo tu daño a los demás
-Solo quiero acabar ya, dejar esto, ¡¡descansar!!
-¿Descansar?, no me hagas reír, ¡¡jamás descansaras!!
-¿Tanto daño hice?, solo quería vivir
Colgaba de la cornisa, simplemente levitaba, algo no le dejaba caer, veía su muerte, lo deseaba, no quería sufrir más, sabiendo que caería hasta el suelo y moriría, pero estaba atado a un hilo invisible y su conciencia le hablaba, le juzgaba, lo sentenciaba.
-ahora serás recibido en mi mundo…
-¿Quién eres?
-¿Quién soy?, soy quien te hará sufrir toda la eternidad, quien te hará recordar tu usura, tu cinismo, el daño infligido a los demás. Nunca creíste en el juicio final, pero ya ves, aquí estamos tú y yo, te aferras a mí para que te deje morir, ¿crees que será el final?, siempre pasa lo mismo con vosotros, toda la vida haciendo daño, viviendo para ti y por ti y ahora que por fin conseguiste tu premio, ¿lo rechazas?, que ironía y claro está, que cobarde.
-¿PERO QUIEN ERES?, DIMELO, TE LO SUPLICO
-Soy tu próximo guardián, tu vigilante del dolor sin medida, el peor enemigo de tu alma, soy tu Ángel negro del Infierno, quien te abrirá las puertas de él y luego tirara las llaves de tu celda, para que purgues todos tus pecados y ahora te suelto, para que en esos segundos hasta que te estrelles contra el suelo, veas tu vida pasar, tus daños, tus odios, tus desprecios.
-Aquel edificio sufrió una terrible sacudida, aquel terremoto demolió los cimientos de cemento y hierros, las personas aguantaron dentro, esperaron la ayuda del exterior y fueron salvadas, todas menos un hombre que en su cobardía, los dejo encerrados, no intento ayudarlos, pero la casualidad, hizo que solo su balcón, fuese el que se derrumbase.
Genis62.
 

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*Daenerys*

UNA NOCHE TRANQUILA

La tarde va dando paso a una noche tranquila, suena City Boy en mis cascos, el chat echa humo… ataques, apoyos… cuadran poco a poco los grupos… Nos cruzamos mp mezclados, estrategia y cachondeillo…

Mientras tanto la ciudad va quedándose en silencio, y por fin puedo librarme del estrés diario con unas risas… el único rastro de vida despierta que veo desde hace horas es en la pantalla…

Cuando aparece la alerta del ataque y leo el nombre del atacante, ¡ese killer!, una inminente oleada de pánico inunda mi columna vertebral, me pongo pálida como el mármol, por unos segundos hasta casi siento nauseas, necesito levantarme, sentarme…

Me quedo paralizada unos segundos viendo la pantalla…

“Si os contara que ese peligroso jugador es la causa de que noche tras noche terribles pesadillas abarquen mi mente y despierte en sudores fríos, estoy segura de que ese hombre ha estado pensando en la forma más cruel de acabar conmigo desde que volvió, ya que desgraciadamente fui yo quién lo saqué de este mundo…”

Van creciendo los ataques, 4, 7, se estabiliza en 23. Medio mundo me ataca y no soy capaz de reaccionar todavía. Respiro profundamente, dejo que la adrenalina recorra mis venas, esa sensación que me engancha tanto me inunda… por fin puedo reaccionar.
Dos pantallazos para el foro, dando respuesta a las primeras 10 preguntas; cálculos, hechizos, contras, euforia, concentración absoluta al fin y al cabo. Se ha puesto en marcha la guerra de inteligencias y estrategia.

Está todo coordinado y ya puedo disfrutar del rato que tenemos por delante, el cruce de informes, la actualización de tropas, las risas.

Me levanto a ponerme un té y calcetines, arrecia la lluvia, es una noche perfecta para pasarla en el grepo. Al sentarme veo la pantalla del portátil iluminada de nuevo con 17 ataques más, vuelve a correr la adrenalina por mis venas, grito del susto cuando el trueno coincide con el apagón.

Me rio nerviosa oír mi propia respiración agitada, la calle se ha quedado a oscuras también. Lo primero que pasa por mi cabeza son los ataques, busco a la palpa la batería en el cajón, me cuesta un poco ponerla a oscuras, pero finalmente arranca. Me salto el análisis del disco mientras llamo por teléfono a mi confesor espiritual, sé que está conectado y estará sorprendido al ver que no contesto.
-¿Qué pasa?
-Me entran más ataques y se ha ido la luz, parece que estoy sin internet.
-¿tanto llueve?, ¿qué ha sido ese ruido?
-Nada, una silla, no te rias, voy a oscuras al despacho a encender el router.
-No tienes una linterna? – me dice con tonillo gracioso, ¡cómo me molesta su sangre fría algunas veces…!
-Sí, pero he pensado antes en llamarte
-¿De dónde venían los ataques?
-No sé, se ha ido la luz antes de verlo, parece que ya ha vuelo la conexión, nos vemos dentro
-Ok

Todo está normal en la pantalla del portátil, un clic y la página no carga. Me voy al buscador, pongo grepolis… y no encuentra nada… ¿no existe?, ¿cómo que no existe?
Rellamada en el móvil y me contesta alguien sorprendido por la hora.
– dígame?
- Luis?
- sí, dígame, quién es? - no reconozco la voz y cuelgo.

Miro el marcador del navegador y no aparece el icono, ni carga la pantalla de inicio. Abro el chat, y no hay contactos. Busco en el correo y no tengo nada ni en el spam.

Un sudor frio recorre mi espalda. ¡Sola, rotunda y absolutamente sola!... suena otro trueno y me despierto sobresaltada… parece que ha cambiado el contenido de mis pesadillas.
 

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aguizul2

Las sombras de la noche habían caido ya sobre la ciudad. La niebla era densa y fria. Las pocas luces que habían se desdibujaban en el ambiente. El silencio absoluto. Sólo podía oir mis propios pasos sobre la acera, a medida que avanzaba temeroso por aquélla zona tan desconocida por mí. De pronto, un grito aterrador salió proyectado de una grisácea fachada que tenía enfrente. El aullido me paralizó. Me quedé casi petrificado sin atreverme siquiera a respirar. Oía el latido acelerado de mi corazón, cuando un leve y casi imperceptible silbido pasó a mi lado y se marchó rápidamente hasta perderse en la distancia. Pero sentí que algo rozaba mi mejilla derecha, como si fuese un pañuelo de seda.
Permanecí inmóvil durante unos segundos hasta recuperar el aliento; el miedo empezaba a dominarme. Temblaba sin saber bien si era de frio o de pánico. Reinicié la marcha. Mis pasos retumbaban de tal manera - o así me lo parecía a mí- que denunciaban mi posición a cualquiera que quisiera acercarse a mí, fuese cual fuese el motivo que tuviera para hacerlo.
Pensando en eso y temiendo lo peor, comencé a caminar casi de puntillas evitando todo ruido. Mis ojos estaban clavados en aquélla pared de donde creí que había brotado el desgarrador grito. Me dirigía hacia ella contra mi voluntad. Mi deseo era dar la vuelta y alejarme lo más posible y cuanto antes. Sin embargo, algo invisible tiraba de mí y me llevaba al punto que me horrorizaba.
De nuevo oí venir ese silbido que, al pasar a mi lado, rozó mi mejilla en tacto de seda. Pero ahora percibí el aliento de una criatura que se alejó a la velocidad del rayo.
Empecé a temblar. Las piernas me flaqueaban. Pensé que era autosugestión y que debía superar el momento. Pero por más voluntad que ponía en ello, mi miedo crecía sin que yo pudiera dominarlo. A pesar del intenso frio, un sudor helado corría por todo mi cuerpo. Y otra vez el grito. Casi como un aullido. Un amarillento y mortecino rayo de luz surgió de alguna ventana, iluminando fugaz y pobremente una figura humana envuelta en un liviano sudario blanco. La figura, que flotaba en el aire, me tendió la mano. Noté que la vida se me escapaba. A partir de ese momento, no puedo recordar nada más. Perdí la noción del tiempo y del espacio. Y ahora, cuando lo recuerdo, aún me produce escalofríos.
 
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Lecoe

El emperador se equivocó.

Allá estaba yo, nadie me queria, mas una hermosa guerrera, ella solo me apoyó.
Sentado en mi cabaña mi espada afiló y dos o tres golpés me dió, eso me despertó.
Ya por fín, me asenté en mi humilde cabaña. Mas mis armas oxidadas estaban aunque a enemigos derroté. Viendo esto brillo les saqué. Uno, dos tres...diez, no sé las ciudades que conquisté.
Nadie nos queria nadie nos deseaba, mas un topo nos minaba y conquista tras conquista fracasaba. Llamamos al exterminador para con la plaga acabar, mas cuando lo vió el fumigador se asustó. Solo nos quedamos con el topo y quien lo parió.
Más gente buena se nos unió y la familia creció y aunque alguno nos dejó, a nadie le importó.
Poca ayuda aportaban y solo difamaban el buen nombre de los hermanos.
El topo se descubrió, y huye-yá se apodó, el que a todos nos lió. Guerrero no era mas arquitecto el mejor, ciudades bonitas, ciudades gigantescas, menos cuarteles de todo crecia.
A una macro se fugó, y eso no le ayudó, nuestra furia aumentó, mas el solo se mató, pues ni milicia conectó.

La familia toda creció, solo yo 52 ciudades administraba, mas solo a eso me limitaba, para mis amigos mis soldados, para mis hermanos mi armada, que a todo psi asustaba. Todos hermanados todos consagrados por el mas bello fin, la amistad y la hermandad.
Pero algo pasó, algo ocurrió, no fueron dioses cristianos, ni griegos, ni romanos, fué un emperador demente, el que por traición nos derrotó.
Julio cesar no fué y a Zeus recé, solo un mediocre nos eliminó, con traición, solo nos quedó miedo y frustración. Sus amenazas me forzaron tan solo a luchar. Mi cuerpo mancilló, de mi honor se rió, mas de rodillas postrado una risa le lancé.

Romano y no Griego el rayo que nos fulminó.

Mis saludos a "NERON"
 
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MAGNUS VLAD.

Dragos se dirigía con paso firme hacia la casa del acaudalado Senador. Las calles se hallaban desiertas y el algarabío diurno de la ciudad, paso había dado ya a la quietud y el silencio que acompañan a la oscuridad de la noche. Imbuido en sus pensamientos, en su mente, la imagen de su amada, junto a su hijo recién nacido Argos, a quién llamó así como tributo a la ciudad que lo vio nacer y que tan buen futuro le destinaba como Comandante de los ejércitos del mismo.
Dragos era un hombre curtido en las guerras, cuya destreza con las armas, acompañada de un físico robusto y esbelto, no había pasado desapercibido en todos sus años de actividad militar. Todos sus años de entrega, por los suyos, su sangre derramada y multitud de heridas de combate, habían dado ya por fin sus frutos. El Senador, iba a hacer oficial el nombramiento, pero ya había sido puesto al corriente de su nueva tarea y de hecho, ya le habían dado los honores pertinentes, incluso, haciéndolo propietario de una gran casa en los alrededores de la Acrópolis de Argos, donde solo la aristocracia soñaba con residir.
Todo transcurrió según lo esperado, en la presencia del Senador. Su nombramiento se dio, tal y como esperaba y regresaba a casa, henchido de orgullo sin poder recoger todo el aire en el pecho, con la adrenalina recorriéndolo por todas sus extremidades. Su amada, Elene, se pondría loca de contenta y podrían darse buen festín para celebrar su dicha. Tales eran los pensamientos de Dragos cuando ponía pie en las cercanías de su entrañable hogar.
Un escalofrío repentino recorrió el cuerpo de Dragos, algo raro estaba sucediendo, demasiada quietud a las puertas de su casa, nadie de su servidumbre salió a recibirlo, ni siquiera, su perra Senna, quién lo recibía siempre con gran entusiasmo. El paso de Dragos se hizo más lento, pausado, su reciente entusiasmo se convertía de pronto en miedo. La puerta estaba abierta y hubo tan solo de empujarla para entrar en la casa, entrada, que jamás hubiera querido hacer para encontrarse, con lo que se iba a encontrar. Varios regueros de sangre en el patíbulo, sus leales siervos, dos de ellos, tendidos en el suelo, con sendas heridas en sus cuellos y en sus brazos. No tenían heridas de armas, tan solo, unos orificios ensangrentados en sus carnes. Sus ojos, mostraban aún el pánico en el que cayeron, antes de perder su aliento.
Aceleró su paso, y se dirigió al encuentro de su amada, en busca de los dos amores de su vida, con la esperanza sumida de pronto en la desesperación, de no hallarlos con vida.
Así fue. Sus dos únicas razones de vida, yacían en su alcoba, en un sórdido abrazo que jamás ya, Dragos podría olvidar, el cabello de su amada reposaba extendido sobre la cama en la que apenas habían rastros de violencia y ambos, madre e hijo, murieron a manos del mismo monstruo sin poder ofrecer resistencia alguna, sin despedidas y sin nada, tan solo, la muerte.

Una especie de locura, embargaba a Dragos. Corría por las afueras de la ciudad, con el raciocinio perdido, su mirada buscando algo entre la maleza, entre los árboles del bosque y chillándole a la enorme luna que vestía a la penumbra, frases incoherentes e increpando al asesino de las dos únicas cosas a las que amaba. Buscaba algo, mas no sabía ni a qué, ni a quién. Avanzaba por un sendero rodeado de grandes rocas, con paso tembloroso, aullando como un perro lleno de rabia. De pronto, una silueta oscura se abrió paso ante sus ojos.
No podía verlo con claridad, su rabia había llenado de lágrimas sus ojos y la noche parecía no querer aliarse con él, en aquel momento. De pronto, se encontró con que ni siquiera iba armado, flaca venganza iba a poder ofrecer sobre el que miserablemente, había acabado con la vida de su familia. Se detuvo y trató de mostrarse erguido, para disponerse aunque sea, a una lucha cuerpo a cuerpo.
El hombre apostado, a tan solo unos metros de si, era un hombre alto, y no parecía demasiado robusto, podría dar buena cuenta de él, ayudado por su furia y sobre todo, por el extra de fuerzas que dispone aquel que, de pronto, nada tiene que perder y a quién han arrebatado el motor de su existencia. El hombre oscuro, dio un leve paso hacia el frente y extendió uno de sus brazos.
Tú eres a quién yo venía a buscar- espetó el desconocido.
Quién eres, que haces aquí, porque me vienes a buscar-… increpó Dragos, con furia.
Soy, el que va a ser tu padre, en adelante. Te he escogido y habrás de acompañarme en los próximos siglos y habrás de ayudarme, a continuar existiendo. Ahora mismo soy lo más parecido a tu Dios y es lo más parecido a un Dios, que jamás has llegado a contemplar, lo que tienes delante de ti.


Dragos no daba crédito a lo que escuchaba, pero no podía pensar, tampoco podía reaccionar, por alguna razón, sus brazos y sus piernas, se encontraban desposeídos de su fuerza y allí se encontraba, presa de un mal sueño.

De pronto, sintió un abrazo y un pinchazo en su cuello. Su cuerpo, se hallaba inerte, como sin dueño, aquel ser, estaba succionando su vida, sorbo a sorbo, y en cada sorbo, los primeros signos de dolor se transformaron en un extraño placer. Dragos, sonrió, pues alcanzó a comprender, que si Elene y Argos, murieron así con aquel monstruoso ser, al menos, no fue sufriendo como perecieron y en tales pensamientos, los suyos, se iban nublando. Su cuerpo le abandonaba y el extraño ser, lo abrazaba con más y más fuerza. Cayó de rodillas cuando por fin lo soltó, miró al cielo, por última vez, con los ojos de un mortal. Y se hizo el silencio.

Aún la luna vestía a la oscura noche. Dragos, abrió los ojos. Un brillo especial había en ellos ahora, un verde profundo. Aquel ser extraño, estaba a su lado y pronunció, estas palabras.

-De ahora en adelante, y por los siglos de los siglos, serás llamado MAGNUS VLAD.
 

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Gantank

Lo había hecho tantas veces... Y sin embargo hoy todo parecía diferente.

Llegué a mi casa del trabajo, me quité el abrigo y lo colgué en el perchero, encendí las luces y brillaban con una intensidad mayor. Me giré para asegurarme de que el abrigo estaba bien colgado y extrañamente no estaba mojado por la lluvia que había estado rociando las calles de Madrid.
Que curioso -me dije
Me acerque a la mesa de mi ordenador para encenderlo pero ya estaba encendido con el navegador abierto y la página del grepolis esperando a que rellenara los campos de mi cuenta para logarme en el juego.
- Que mayor me hago, ni de apagar el ordenador me acuerdo ya, gantank cada día estás más cerca del alzehimer. - Pensé mientras una lacónica sonrisa se garabateo en mi cara
Tenía que cenar algo antes de empezar con mi ronda de cacerías nocturnas en el grepolis, fuí a la cocina para calentarme algo en el microondas y al abrirlo observé advertí , para mi sorpresa que ya tenía una lasaña dentro del electrodoméstico y ya estaba caliente.
- ¿Pero que coño?- Dije en voz alta. - Parece como si todo lo que pienso ya lo hubiera hecho antes
Y me reí, reí con fuerza, con esa risa nerviosa que te posee cuando te cuentan un chiste en un funeral. Sabes que no puedes reírte, que no debes reírte pero aun así no puedes evitarlo.
Una vez terminé mi cena me levanté, abrí un pequeño cajón de mi escritorio donde guardo las notas con las ciudades de mis enemigos y me dispuse a logarme en el grepolis y a pasar un buen rato machacando las tropas de mis enemigos. Pero ya estaba logado, logado y con un ataque preparado en la parrilla de tropas de mi ciudad de nombre 66 - Shamballah. Miré la ciudad a la que estaba destinado el ataque y su nombre era Otsiphem
- Bien, bien , bien. - Musité nervioso. - Parece que hoy hago las cosas más deprisa de lo que las pienso.
Lance un ataque contra esa ciudad, luego otro, y otro, lo hacía de manera compulsiva como si ese jugador me hubiera hecho algo y no, no le conocía de nada, es más no creo que nadie le conociera porque su nick era "....." , si su nick eran cinco puntos nada más. Me sorprendió un poco porque pensaba que nadie podía tener ese nick por la reglamentación del grepolis, pero ahí estaba un jugador con sólo puntos en su nick

Lancé 20 ataques con revuelta. Era una ciudad cercana, demasiado cercana para que no la hubiera visto antes pero allí estaba, y estaba en rojo por lo tanto sería mía, y lo sería esta noche.

Llego mi primer ataque dos horas después.
- Perfecto, revuelta al primer ataque, esto va a ser pan comido. - Murmuré mientras veía el resultado del primer informe. - Esta noche me ceno esta ciudad.
Y llego mi segundo ataque, pero para mi sorpresa el informe mostraba que toda mi tropa había caído. Y lo mismo sucedió con el resto de los 18 ataques restantes.
- Vaya como han reforzado a este jugador. - Mascullé mientras iba preparando y ordenando la lista de ataques para apoyar el colono.
Llego la hora de empezar a apoyar con ataques la llegada de mi futuro colono. Lancé un colono bien protegido con 100 mecheros y bastante tropa terrestre y empecé a cuadrar mis ataques para empujar a mi colono hasta las cocinas de esa ciudad llamada Otsiphem.
Cuadré primer ataque y curiosamente cayó en tiempos en el mismo segundo que el colono.
- Bueno espero que llegue antes que el colono. - Me dije confiado
Y cuadré el segundo ataque, y lo mismo, cayó también en el mismo segundo y el tercero y el cuarto y el quinto...
- Esto no puede ser, es una locura. - Casi grite estas palabras al tiempo que mi mente intentaba buscar una explicación lógica a este hecho. Algo como que el script anti-timming estuviera bugueado esa noche.
Continué cuadrando ataques mecánicamente, casi compulsivamente, sin mirar el segundo en el que caían porque tenía la certeza de que todos caerían en el mismo segundo.
Y así fue 125 ataques de 125 ciudades y todos en el mismo segundo, en el segundo en el que llegaba mi colono.
Los ataques fueron llegando y uno tras otros fueron cayendo. Todos mis ataques se estrellaban contra un muro defensivo que ese jugador era imposible que tuviera, 125 ataques después toda mi armada había caído y mi colono también.
Miré más detenidamente el último informe, en el que caía mi colono y advertí con estupor que la ciudad ya no se llamaba Otsiphem, era como si el nombre se hubiera reflejado en un espejo y su nombre era ahora Mephisto.
- ¿Mephisto?.- Me pregunté en voz alta y muy asustado. - ¿Pero de donde coño ha salido este nombre?
Y al revisar cuidadosamente el informe observe que el nick del usuario era gantank, mi propio nick.
No podía ser, no podía atacarme a mi mismo y menos a una ciudad que no era mía. Porque aun no era mía, pero tenía que serlo, tenía que ser mía a cualquier precio.
Cargue los datos de mi ciudad más cercana y cree un colono, no tenía más recursos ni tiempo para crear tropa, pero esa ciudad tenía que ser mía. Lancé con rabia el colono sin apoyo de tropas ni otros ataques y me dispuse a ver con desesperación como se estrellaba contra esa ciudad
Pero para mi sorpresa el colono entró.
Y aterrado observé lo que comunicaba el informe...
La ciudad Mephisto ha sido conquistada por el jugador de nick ".....". Tan sólo 5 puntos
 

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Hellra8

Preludio-
Era una cálida tarde de Otoño, cuándo las hojas perennes de los árboles empezaban a caer suavemente, bajo el placentero susurro del viento. La Ekklesía se había juntado para debatir los asuntos principales que concernían a la región de Naxos.
La asamblea había dado comienzo cuándo se juntaron todos los asistentes. El tiempo acompañaba y el lugar que habían escogido era propicio para disfrutar de las vistas del mar. Situados desde dónde estaban, se podía ver todo el asentamiento. De algún modo, era una forma de tener controlado al pueblo griego y desde ahí tener una vigilancia al horizonte lo más amplia posible. La asamblea avanzó sin problemas, los principales problemas, cómo lo eran la organización, el empleo y asuntos de comercio, se arreglaron. Dejaron de lado un asunto importante, del que dieron carpetazo. Los curanderos se encargarían. Todos volvían a su rutina diaria, contentos de que aquella asamblea hubiera ido mejor que en los meses anteriores, las cosas iban a mejor. El tiempo acompañaba, las relaciones comerciales eran de lo más fructíferas. Los aliados poderosos, auguraban buen comercio y protección en el comercio naval.


[Un mes y dos semanas más tarde]

-Naufragio y confusión-
Una nave Persa tripulada por soldados fue arrastrada por una tormenta marítima en la isla de Naxos. La tormenta fue lo suficientemente poderosa como para rasgar las velas y causar grandes estragos en la cubierta. En aquella nave habían suficientes víveres para sobrevivir al menos unos pocos días. Los soldados desorientados habían desembarcado en una playa desierta. Había poco espacio de arena en la playa, a unos pocos metros, se alzaba un bosque de palmeras mediterráneas tan frondoso que no dejaba ver el otro lado. Los soldados persas, no se extrañaron que aún no hubiesen llegado los aldeanos o incluso la propia milicia de aquella isla. Pasar entre aquella muralla de palmeras se veía dificultosa, incluso entre aquellos soldados. El capitán persa, ordenó cortar algunas palmeras para montar un campamento junto a la orilla del mar. Pensaba que no tardarían mucho los griegos en ir busca de ellos. Lo normal era que fueran a buscarles, en menos de medio día estarían ahí, ayudándoles a salir de aquel lugar.
Los persas animosos cómo estaban, por saber de su buena suerte de haber caído en la isla de Naxos y no en una isla desierta, empezaron a dar buena cuenta de los víveres. El sol empezaba a caer en el horizonte. El capitán estaba preocupado, no había necesitado de montar guardia. Miraba al mar, cómo le había dicho uno de sus camaradas. Y su cara de completo desconcierto, no entendía o al menos si entendía la confusión del grumete aprendiz a cartógrafo. Alarmado cómo estaba, gritó a voces a su tripulación que se callaran y dejaran de comer por un instante.
-¡Tripulación! Venid todos aquí.
Su orden fue respondida al instante. El tono con el que se dirigió a su tripulación estaba cargado de seriedad y a la vez de temor. No entendía la situación, miró a su tripulación y les hizo la pregunta que tanto atormentaba y rondaba por su mente.
-¡Tripulación! ¿Alguien sabría decirme por qué no hay un mísero barco pescador algún barco de guerra griego rondando por estos mares? El día es plácido y la pesca de hoy debería de ser provechosa. Pero no veo ni hemos visto en varias horas ningún barco.
Grumete 1: -No sé qué decir capitán. Igual están celebrando algo importante en la villa.
Grumete 2: -Ni aun así, las celebraciones se hacen por las noches. De todas formas los pescadores seguirán trabajando por mucha fiesta que haya.
Grumete 3: -Yo tengo entendido que a veces hacen ofrendas al Dios del Mar, Poseidón.
El capitán tras escuchar a varios grumetes más, discerniendo de las opiniones de sus camaradas y argumentando otras, afirmó con la cabeza. Rascándose la barbilla con la mano y mirando con gesto ceñudo el mar.
-Vale tripulación descansad. Encended una hoguera y mañana veremos. Esperemos que sólo sea una fiesta. Y que por eso no se hayan dado cuenta de nosotros.
Los persas, confiados, encendieron dos hogueras con un poco de leña que previamente habían recogido, para calentarse. Por suerte para ellos, aquella noche no hacía mucho frío y el viento estaba calmado. Podrían dormir sin preocupaciones. Se hicieron un turno de guardias de a dos.

-Ayuda-
La noche pasó rápida. El fuego ya estaba apagado. El descanso de los soldados persas, se les había hecho llevadero y cómodo. Era bastante más confortable que dormir en las literas de aquel barco naufragado. El sol empezaba a despuntar con sus primeros rayos, rojo amanecía. El capitán, ya estaba de pie, mirando al horizonte con gesto preocupado. Algo iba mal, sentía. En no mucho tiempo comprobaría si sus dudas eran infundadas o era sólo una preocupación pasajera. Empezaron a recoger las cosas, para cuándo llegaran y los vinieran a recoger.
Pasó aproximadamente de dos horas y ni un solo barco pesquero rondaba por aquellas aguas. Los soldados estaban preocupados. En sus rostros el pánico empezaba a hacer mella. El capitán debía de ser diligente y enviar un mensaje tranquilizador.
-Tripulación, vamos a buscar un camino hacia el poblado de la isla, antes de que anochezca.
Los soldados prestos a hacer caso, empezaron la ardua tarea de buscar algún camino que les pudiera llevar de camino al poblado. Encontraron un camino, un sendero a través del acantilado, pero era tan estrecho, que apenas sólo podría pasar una persona. El capitán no las tenía consigo, habló con el maestro de armas, sobre la situación y sobre qué hacer próximamente. Tomaron una decisión. Luego de no encontrar ningún otro camino visible y transitable por el que se pudiera pasar, se tomó la decisión de que el soldado menos pesado fuera por el camino del acantilado.
El soldado con los ánimos y esperanzas de los demás puestos sobre él, emprendió la marcha por aquel camino estrecho que podría acabar fatal.
Esperaron horas y horas. Sabían que debían de tener paciencia. Que incluso deberían de esperar hasta el día siguiente.
Pasó otro día entero, sin ver una sola embarcación en el mar, y la noche esta vez, fue menos agradable, se tuvieron que abrigar bajo el manto de las palmeras para evitar morir por pulmonía.

-Marcha al pueblo-
A la noche siguiente, habían perdido a un soldado, la fiebre lo estaba consumiendo el día anterior, pero el viento y la poca protección que tenían ante aquellos vientos marítimos, le afectó gravemente. La muerte se lo llevó a causa de la pulmonía. No podían esperar más. No había rastro de las ayudas ni auxilios. Ningún otro barco surcaba por aquellas aguas. Cuándo lo normal era ver al menos una o dos embarcaciones.
El capitán y el maestro de armas, decidieron ir bosque a través, cortando unos pocos árboles para no afectar al bosque y no invocar a los malos espíritus. Además de tener que explicar los motivos de por qué cortaron dichos árboles a los ciudadanos de aquella isla.
Para cuándo cruzaron bosque a través. Se les hizo la tarde. Acamparon al otro lado del bosque para comer las últimas provisiones que quedaban. Todos contaban con que en el pueblo, les recibirían como invitados de honor y les honrarían con un banquete especial.
Luego de comer apeteciblemente y con la mente y cuerpos más descansados, retomaron la marcha de camino al pueblo.

-Primeros indicios-
A lo lejos divisaron el poblado y en lo alto, veían un monte, el cuál era coronado por un edificio dónde se reunía la Ekklesía. Exactamente, estaban en la mismísima isla de Naxos. Lo que no entendieron era que el soldado que “había cruzado” el camino del acantilado no hubiera vuelto ya para rescatarlos. Igual murió por alguna bestia salvaje. Más tarde lo sabrían.
Siguieron caminando hasta el poblado, no divisaban movimiento alguno a lo lejos. Los soldados persas, se pusieron en guardia al instante, recelosos de que les hubieran montado una emboscada. El capitán y el maestro de armas, ordenaron a sus hombres que mantuvieran la vista y las armas prestas para defenderse de cualquier ataque enemigo. Pasaron por un camino transitable, el cuál estaba rodeado de árboles. Siguieron caminando por un largo trecho y vieron a un aldeano que se había suicidado por su propia cuenta con el hacha de talar árboles. La escena era tan grotesca, cómo horripilante a ojos vistas de los soldados, que uno vomitó al instante y el resto aguantó el intento de vómito. Más razón de peso para subir la guardia y estar más atentos, pensaron el capitán y el maestro de armas, con una simple mirada. Más adelante vieron a una mujer y a un niño y una niña que habían sido asesinados, por la forma en que estaban arrodillados. Además tenían los brazos y piernas atadas, y las cabezas metidas en sacos de lino. De repente, un perro salió del espesor del bosque y mordió a uno de los soldados en el pie dejándole marcas de la mordedura en la pierna, éste se revolvió y le dio tremendo tajo que lo mató al instante. La pierna de aquel soldado estaba sangrando a borbotones, pero no se quejó en ningún momento. Le apretaron fuertemente la pierna y trataron de limpiar la herida lo más pronto posible, antes de que se le infectara por la rabia. El maestro de armas se acercó hasta el perro, para ver, cómo monstruosamente estaba deformada la cara de aquel perro. La saliva le caía a borbotones por entre los dientes y los ojos, rojos de ira, se movieron en el mismo momento que la mandíbula trataba de dar caza a la pierna del maestro de armas. Instintivamente se apartó y le dio un pisotón con rabia, maldiciendo al perro. La cabeza del perro seguía con vida y trató de morderle la pierna. Esta vez le alcanzó y le dejó otras marcas al maestro de armas. Hizo que trastabillara hasta caer al suelo. Entre gritos y maldiciones los demás soldados se apresuraron a pinchar a la cabeza del perro con la espada y matarlo definitivamente.
El maestro de armas y el soldado que había sido mordido recientemente se quedaron parados. Sabían que si iban con el grupo retrasarían el conseguir ayuda para ellos mismos. El capitán por momentos negaba rotundamente, pero el maestro de armas, insistió en que fueran, que aquellos dos que se quedaban se sabrían defender.

-Comida-
La partida siguió su camino hasta el poblado, con cautela con las armas en alto y mirando a cada momento a uno y otro lado. El poblado estaba muy silencioso, no había rastro de nadie. Parecía un pueblo fantasma. Según las últimas informaciones que el capitán tenía sobre la isla de Naxos, no había ocurrido nada recientemente, para que desaparecieran las gentes de aquella isla. El capitán sopesaba varias posibilidades. Una guerra, un saqueo, arpías enviadas por Hera, o lo que era menos probable, que abandonaran el pueblo por alguna maldición del Dios del mar Poseidón. Pues tenía entendido que en aquella isla, todos adoraban a Poseidón y que siempre les hacían ofrendas.
Para saber cuál era la razón del porqué el pueblo estaba silencioso, se adentraron en el pueblo. Un aire misterioso y cargado rodeaba aquel pueblo. El silencio era sepulcral, incluso entre la partida no salió palabra alguna. Habían puestos de comida abiertas, algunas cosas comestibles estaban podridas. Cosas como el pescado, en su gran mayoría, era lo que predominaba y las moscas rondaban a montones. El olor putrefacto, les llegó a los soldados, pusieron cara de asco y trataron de taparse con el brazo que tenían libre, sin bajar la guardia. Un soldado tenía tanta hambre, que se acercó a un puesto de fruta y cogió una manzana, no reparó en el ruido que hizo al caerse una caja. Pero la partida lo había escuchado atentamente, se mantuvieron en alerta, cómo si esperaran que saliera algo o alguien de su escondite y les diera emboscada para dar muerte con ellos. No obtuvieron respuesta. Se relajaron visiblemente y empezaron a coger fruta de los puestos. El capitán, les ordenó que no se dispersaran mucho y que recogieran cuánta comida pudieran. Una pareja de soldados se alejaron unas cuántas calles más, ante las advertencias de su tercer compañero de que volvieran, siguieron. El tercer compañero volvió con el grupo cargando comida, mirando atrás de vez en cuándo, pensando en la buena reprimenda que les caería encima.
Más tarde, cuándo se reunieron, el capitán se alertó de que faltaban dos soldados. El tercer soldado, saltó al instante excusándolos de que se habían ido a mirar un poco más allá. Con la preocupación y los nervios a flor de piel, el capitán a punto estuvo de estallar de la ira. Decidió esperar una media hora más a los dos que se habían separado.
El capitán se estaba impacientando, tras más de media hora sin que hubieran vuelto. Extrañaba bastante que justamente aquel par de soldados tan disciplinado no hubieran vuelto ya. Decidió ir a buscarlos junto con el soldado que le había dado la información, mientras el grupo esperaba pacientemente en el lugar de partida.

-Sorpresa desagradable-
Se metieron por varias callejuelas para acortar camino. Siguieron sin ver rastro de ningún aldeano. La confusión, la preocupación, los nervios y la ira nublaban la mente del capitán. Era responsable de las vidas de aquellos soldados y tenía que ir a buscarlos. Para cuándo llegaron a la calle dónde supuestamente iban a estar, encontraron las armas tiradas al suelo. El capitán, alarmado cómo estaba, miraba a un lado y a otro, agachado, mientras recogía las armas y volvía sobre sus pasos al punto de partida.
Un grito espeluznante del grupo de partida se escuchó no muy lejos de dónde estaban. Una arpía chillaba en el aire a lo lejos, volando. Hacía pasadas bajas por dónde estaba el grupo atacándoles con sus poderosas y afiladas garras.
El capitán, preocupado por la seguridad de sus hombres el grito espeluznante de aquella arpía, decidió volver a toda prisa con el soldado que lo acompañaba para ayudarles. Una cosa estaba clara, la arpía era un monstruo de Hera. Cuándo estuvieron cerca del grupo de partida, vieron aterrorizados, cómo una horda de humanos medio muertos y derretidos hacían trizas los cuerpos de aquellos soldados que aún agonizaban en medio de los chillidos de aquella arpía. El soldado que acompañaba al capitán, se fijó bien en la arpía y pudo vislumbrar que aquella arpía no se movía por algún objetivo en concreto. Sino que buscaba desgarrar a los soldados, que seguían agonizando. Uno de los “humanos” medio muertos, se giró al reparar con el olfato la presencia de otros vivos. El capitán y el soldado, aterrados vieron como la cabeza de aquel humano se había retorcido y girado 180º sin girar el cuerpo. Al momento, entendieron que aquellos no eran personas vivas, tampoco eran caníbales, eran mucho peor. Estaban muertas y seguían caminando. El simple hecho de ver a alguno con un brazo seccionado y otro con el pie cojeando, les hizo dudar sobre si seguían vivos. Se metieron entre las callejuelas de aquel poblado, para ir hasta el monte de aquella isla. Tras el primer humano zombie, muchos más lo siguieron. Luego de estar corriendo durante un rato acabaron rodeados por aquella horda. Decidieron encender una hoguera. La decisión del capitán de ir al monte fue errónea, no había escapatoria posible, excepto saltar por el acantilado, dónde el mar provocaba olas, que chocaban contra la isla. Un fuerte viento con aroma salado, embriagaba a los dos. Se miraron mutuamente a los ojos y saltaron al vacío, antes de ver por última vez cómo los soldados, que hacía un rato estaban siendo devorados, eran convertidos en zombies y ahora los perseguían a ellos...

Fin
 

Princess Itaka

Súper Moderadora del Juego
Equipo de Grepolis
corange


El pasado 19 de septiembre se descubrieron restos de un ser humano en la isla griega de Gios Georgios. Se pensaba que esta isla de pequeño tamaño no había sido ocupada nunca por los griegos, sin embargo se han encontrado unas catacumbas medio derruidas en las que al parecer se encontraba un viejo templo pagano, que difería con las creencias populares de aquella Grecia.

Lo más sorprendente fue lo allí hallado. A través de un largo y angosto pasillo subterráneo se accedía a lo que parecía ser una sala de sacrificios. Pintadas en sus paredes se podían intuir extraños y cuanto menos, macabros ritos. La estancia cuadrada estaba plagada de huesos humanos bastante mal conservados; sin embargo, entre ellos destacaba el esqueleto de un ser humano completo. A este ser humano le llamaron los científicos Yazak, debido a la traducción fonética que realizaron de lo que parecía ser lo que hoy llamaríamos un libro.

Este libro lo encontraron al lado del esqueleto y tras analizar su contenido decidieron guardar secreto y no hablarle a nadie de lo allí descubierto. Bien, pero es muy difícil convencer a un arqueólogo ante semejante hallazgo para que no lo cuente, y de esos había siete de las ocho personas que formaban la expedición. Todas guardaron voto de silencio, pero en todos los grupos hay una oveja negra, de tal manera que se filtró la información de ese libro. Prosigo a contarles la información, aunque recomiendo que personas sensibles no la lean.

"¡Oh, Yazak! Perdónanos por haberte sido infieles. No merecemos estar ante tu presencia. No somos dignos de tu perdón, pero te imploramos que nos dejes vivir." Esta es la típica petición con la que vienen mis seguidores a suplicar clemencia ante mí, Yazak. Yo que controlo esta isla, yo que controlo las polis, yo que controlo Atenas, yo que controlo los corruptos corazones de los gobernadores de este imperio.

Adoradores de falsos ídolos, ¿no os dais cuenta de que Zeus, Hera, Poseidón, etc. no son más que inventos míos para mantener el orden social de vuestras vidas? Cada vez que entregáis a uno de vuestros esclavos al templo me lo traen aquí y soy yo quién lo mato. Ningún dios de los que pensáis queda complacido, soy yo el único al que le gusta ver cómo se arrodillan ante mí, con las manos y pies atados, me piden por favor que les deje vivir... ¡pero cómo se atreven! ¡A mí, a Yazak!

Espero que nadie vuelva a corregirme, pobre de aquel que me vuelva a llamar cobarde por matar a la gente estando atada. Teniendo las cabezas de aquellos cinco inconscientes clavadas en las espadas no creo que nadie se vuelva a atrever. Han pasado ya veintitrés años desde que heredé el poder de mi amado padre, en paz descanse, de esta poderosa organización. Y desde entonces mis tres herederos han expandido el alcance de esta "familia" a las nuevas civilizaciones.

Hay quien me califica de muerto viviente, y en parte tienen razón, porque me gusta "convertir" a la gente a mí. Pero yo no estoy muerto, me gusta matar, me gusta ver sufrir, me gusta ver su sangre. Es esa sensación de poder... Si pudiese ahora mismo te mataría a ti, a tí que has usurpado mi templo y estás revolviendo en mi pasado, a tí que estás leyendo esto, a tí que piensas que ya estoy muerto; cuando en realidad estoy más vivo que muerto y cuando menos te lo esperes te arrancaré tu corazón y con mis uñas lo devoraré, para continuar con...

El libro continúa, pero ya es demasiado para mi aguante psicológico lo que viene a continuación... Tras un minucioso estudio de los resto de ADN de sus huesos se ha llegado a la conclusión de que era psicópata y unas cuantas cosas más de ese estilo. Cuando se iban a realizar más estudios sobre su ADN, el equipo de tres científicos que trabajan en él murió en un accidente de coche por la noche; por suerte la información de sus estudios quedó guardad online, donde almacenaban la información que iban adquiriendo.

A continuación un equipo de historiadores siguió la pista de sus posteriores familiares y descubrieron, que al igual que él también padecían fuertes trastornos en la personalidad, concluyendo que estos trastornos se transmitían íntegramente de padres a hijos continuamente. Siguieron su pista a lo largo de los siglos, elaborando su árbol familiar y descubrieron que habían seguido existiendo durante siglos... y siguen existiendo ahora. Al igual que el anterior equipo de científicos trabajaban mediante bases de datos online y por ello conocemos la información; ya que todos han desaparecido sin dejar rastro.

Yo no es por establecer relaciones que pueden no ser, pero todos los que han investigado la historia han muerto "accidentalmente" o han "desaparecido". Tal vez sea yo el siguiente por escribirla, o seáis vosotros por leerla. Eso ya lo iremos descubriendo...

Saludos y tener cuidado por si alguien os sigue
 

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jorgeadan

No soy buen recopilador de hechos, pero esto que intento contar es muy parecido a la realidad, ya que se ha documentado con mas detalles una historia similar que se extiende por todas las culturas del mundo, en las americas, asia, europa , africa y oceania.
Solo que le di un toque personal en tan solo 5 minutos.

cuenta una antigua leyenda que una raza de seres inteligentes pero muy crueles se poso sobre la superficie terrestre en busca de minerales y alimentos para poder continuar su viaje interestelar hacia las profundidades del cosmos.
estos seres de apariencia deforme , eran los únicos con inteligencia en este planeta, ya que los únicos habitantes eran unos pequeños seres peludos que caminaban apoyando sus 4 extremidades.

después de varios intentos por obtener lo que habían venido a buscar, y dándose cuenta de que pasarían décadas antes de poder perforar el suelo con grandes túneles y extraer su mineral, decidieron crear seres que hicieran su trabajo.
en el laboratorio de la enorme nave espacial, comenzaron una serie de experimentos para crear un ser que hiciera el trabajos pesado en su lugar.

Tras varios intentos fallidos, logran crear un ser muy parecido a nosotros, que llevaba genes de ese animal peludo y la inteligencia de estos seres.

una vez creados por cientos de miles y obtenido lo que buscaban, estos seres retomaron su rumbo hacia las estrellas llevándose grades bodegas con estas criaturas para su alimentación, dejando a sus creaciones y a todos los experimentos fallidos y se fueron.

cientos, miles de anos después, estos seres creados en laboratorios, fueron reproduciéndose y comenzaron a expandirse y a formar civilizaciones, pero sin olvidar lo que son, ni como fueron creados, tampoco olvidaron a los fallidos ni a los que cuando sus genes se juntan nace un ser deforme y cruel que se alimenta de ellos.
De los deformes se pueden contar los minotauros, ciclopes, arpías, medusas etc, .
Así surgieron por temor e ignorancia cientos de cultos alrededor del mundo, acompañados de leyendas de seres demoniacos que surgen del abismo y la oscuridad, para alimentarse de estos seres, ahora considerados por si mismos humanos, tan aterrados, pues en la noche, parece ser que allá a lo lejos, detrás del sol, se divisa una nave que al parecer trae nuevamente a esta tierra a esos seres que son nuestros creadores, o sea nuestros jardineros y buscaran levantar la cosecha plantada hace miles de anos atrás.

Estos seres no mueren, o al menos hasta que se les corte la cabeza y arranque el corazón, eso dice el folclore de los pueblos, pero dicen que existen una raza de seres también venidos de las estrellas, con apariencia similar a la nuestra, que quizás sean otra creación de estos extraterrestres, y que su evolución es mayor , van por el universo cazando estas criaturas demoniacas y se hacen denominar LIBRES,(héroes en la mitología griega) y que su bravura, retumba en el universo, y hasta el mas pintado demonio se estremece ante su presencia.
 

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Termagante

Noche de Fiesta

Mientras esperaba a la entrada del templo, la joven Alcina aún lamentaba su mala suerte. Tan sólo una semana antes había pasado los ritos iniciáticos que la habían convertido en una sierva de Baco y esperaba esta noche con la ilusión de una chiquilla, pues sería su primera bacanal como sacerdotisa. Hoy debía danzar y cantar y bailar durante toda la noche, dejándose llevar por el éxtasis que Baco inspiraba en sus seguidoras. Además, las estrellas habían predicho que grandes eventos acaecerían en esta celebración… y ella se los iba a perder!

Una de las sacerdotisas debía recibir a los invitados, tomar sus capas, brindar con ellos y franquearles el paso al interior del templo, donde estaría la bacanal. Tradicionalmente era una bacante veterana la que se ocupaba de esta tarea, pero esta noche la vieja Tariá se hallaba indispuesta, y como ninguna otra quería perderse la oportunidad de participar en la que se auguraba como la mayor fiesta del año, fue finalmente sobre ella, la última en llegar, sobre quien cayó esta tarea.

El templo estaba situado fuera de la ciudad y hace tiempo que los invitados habían llegado, elegantemente vestidos con sus mejores galas y disfraces. Alcina se aburría pues todos se hallaban en el interior y de allí llegaba el sonido de la música y el aroma del festín. Además, hacía un frío de mil demonios y ella sólo estaba vestida con seda y fina gasa. Alcina prestaba más atención adentro que afuera pues pensaba que nadie más acudiría a la fiesta, cuando un ruido, como un trueno lejano, hizo que se volviera y divisara a un curioso grupo de tres carros que traían más invitados.

Caramba, parece que estos se han retrasado, pero deben ser gente importante puesto que se han atrevido a disfrazarse de los mismísimos dioses. La verdad es que son un grupo imponente, todos tan altos y hermosos, deben ser nobles. No han escatimado en detalles y vienen perfectamente caracterizados … Zeus y Hera son los primeros, detrás vienen Artemisa y Atenea y por último Poseidón y Hades. En el último carro los dos hombres parecen discutir.

-Bienvenidos a la morada de Baco, mis Señ…
-Te juro que esto no quedará así hermano!- El que está vestido de Poseidón parece encolerizado y discute con el que viste de Hades.
-Claro que no quedará así! Convertiré tu vida en un infierno! – La mujer que representa a Atenea se ríe, debe ser una broma entre ellos.
-Basta ya! No podéis dejar esto ni tan siquiera por una noche? – Hera intenta mediar.
-Eso, dale la razón a él, siempre te pones de su parte!
-Te lo advierto! Si vuelves a hablarme así no respondo de…
-SILENCIOOOOOO!!!!!! – Alcina ha logrado que todos callen y miren sorprendidos a la sacerdotisa, cuyo rostro se ha puesto rojo por la indignación y el esfuerzo del grito – Se puede saber quién os creéis que sois? Debéis respetar la morada de Baco! Si no sabéis comportaros, lo mejor será que os larguéis por donde habéis venido.

Todos los miembros de la comitiva la miran estupefactos. Alcina comienza a pensar que quizás se ha pasado, que puede que sean gentes importantes y se haya metido en un lío realmente gordo, cuando el hombre que está disfrazado de Zeus comienza a reír a carcajadas.

-Hermanos, hasta una joven sacerdotisa tiene más juicio que vosotros! Intentar que olvidemos nuestras diferencias con una fiesta es una de las ideas más ridículas que ha tenido Baco jamás… aunque dijimos lo mismo cuando le vimos pisar la uva… pero aún así no podemos comportarnos como salvajes con nuestro anfitrión, y si no estamos dispuestos a seguir sus reglas no deberíamos entrar en su casa.
-Eso es verdad hermano… no sé por qué he venido – Es el que va vestido de Hades el que ha respondido. Sin añadir nada más desaparece dejando un molesto olor a azufre.
-Seguro que trama algo… no me cogerá desprevenido como la última vez – Ahora es el que va vestido de Poseidón el que desaparece junto a su carro dejando un tenue olor a mar.
-Pf… parece que la fiesta ha terminado antes de empezar. Busquemos algo más divertido que hacer esta noche – Atenea y Artemisa arrean a los caballos, que de pronto se transforman en pegasos y haciendo despegar su carro del suelo, se pierden en la oscuridad de la noche a gran velocidad.

La pareja restante mira sonriente a Alcina, que tiembla de pies a cabeza.

-Bueno jovencita, parece que no olvidarás esta noche fácilmente.

Zeus levanta su mano y del cielo cae un rayo que le hace desaparecer junto con Hera y el carro en que venían. Alcina escucha voces que vienen desde el templo, probablemente alertados por el ruido, preguntándose qué demonios va a contar a los demás.
 

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rosamarmo

YÉMAYA

La tarde era fresca,un aroma a pino invade la estancia,me asomo ,me arropo con un paño y me dirijo a
la atalaya,vuelo ,miro, no veo tu barco no está,aún no!
cuando llegarás ?
llevo esperando muchos días y noches,me invaden los recuerdos,momentos llenos de sueños
cumplidos,de días plenos
evoco las risas que aun retumban en mi mente,tu boca entrabierta carcajeando, masculina..
me estremezco acordándome de las cosas tan íntimas que me soplabas en el oido,te voy
a comer entera,..te voy a romper en dos esta noche ,amor
te haré sentir que pesas lo mismo que una pluma,porque te voy a elevar al cielo,
pensando todo esto ,en su mundo ,deja atrás las murallas encaminándose al puerto...
el bullicio de un sitio frecuentado por soldados,por hombres rudos y curtidos,el alboroto de la gente
acostumbrada a el trabajo duro de la dársena..,me engatusan,me comen con los ojos
ven sirena ven.. pero ni miro,mis sentidos se agudizan y mi meta es tu figura.
una suave brisa me acaricia la cara,mi pelo suelto vuela con el viento,mi ansiedad va en aumento

un nuevo barco se divisa en el lejano horizonte,inalcanzable apenas a la vista.camino por
el muelle hasta el final del tramo donde puedo verlo con más claridad.
atardece,el faro ilumina dando soporte ,guiando su camino,arriban ,sé que ese no es tu
barco,conozco su silueta desde que se quedó clavada en mi retina tu partida.
se hace de tarde.....no llegas.
apesadumbrada se gira sobre sus pasos,lánguida,desazonada..!!
Haría cualquier cosa por verle vivo
helena!! helena!!
-escucha su nombre y el corazón bate su pecho .lo ve...ríe.la paz inunda su alma.por fin !!
zas!!
Un golpe seco y silencio.......


Dicen las lenguas de doble filo que Neptuno salió del mar y se llevó a la mujer arrastrándola hacia sus dominios en el profundo abismo.
Dicen que le hizo una propuesta,la vida de su amado capitán a cambio de la suya propia
Dicen que se enamoró de ella,que sintió tal envidia y en un arrebato de celos quiso tenerla para EL.
que en las noches de luna llena una sirena sale del mar dejando la cola de pez y recorre la dársena buscando a su amado..los marineros y soldados evitan acercarse al puerto esas noches.Neptuno sigue acechando furioso.....no puede verla esos malditos días claros de luna llena.
Que extraño!!!!.un hechizo enviado desde tierra llamado Felicidad hace su efecto en ella en esos días ... por eso le sigue buscando ......
 
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